Fernando Giner, hombre de misa y procesión con fuertes creencias católicas, impulsó como presidente de la Diputación de Valencia el conocido como plan de las iglesias. Oficialmente, era una línea de ayudas a la realización de «obras de restauración para la conservación de inmuebles de la provincia de Valencia que posean valores históricos, artísticos o de interés local». Una parte de las subvenciones iba dirigida a los ayuntamientos, para restaurar sus bienes locales; la otra se reservaba a «instituciones sin fines de lucro», copadas en su práctica totalidad por parroquias católicas. Las iglesias usaban estas pequeñas subvenciones para, con dinero público, restaurar campanas, reparar relojes de campanario, cambiar cubiertas de templos, reforzar contrafuertes, chapar la puerta de la iglesia o mejorar la afinación del órgano parroquial.

Giner tenía clara la prioridad. En su último año como presidente provincial (2007), el total de ayudas a las instituciones no lucrativas —léase iglesias— casi cuadruplicó a las subvenciones para consistorios: 2.377.025 euros frente a 628.035 euros. Con la entrada de Alfonso Rus en el Palau de la Batlia, sede de la diputación, este maná de dinero público a las iglesias se ha visto reducido.

El presidente provincial acaba de firmar la convocatoria de ayudas de este programa para 2012. En las bases se explicita que el presupuesto total del plan es de 1.460.000 euros. La crisis no perdona: es la mitad que en el último año de Giner. Pero hay un factor que no obedece al tijeretazo por la coyuntura económica, sino a las prioridades de la institución. Se trata del reparto del dinero. Este año, las iglesias saldrán mucho menos beneficiadas de las ayudas públicas de la Diputación de Valencia. Hay 790.000 euros para instituciones sin fines de lucro y 670.000 euros reservados para los ayuntamientos.

Los datos son ilustrativos: comparando el último programa adjudicado por Fernando Giner con el plan firmado hace dos semanas por Rus, la partida para ayuntamientos ha aumentado un 6,7% (pese a la crisis), y la cuantía específica para instituciones no lucrativas —las iglesias— ha caído un 67%. Es decir: bajo la presidencia de Alfonso Rus se ha recortado en dos terceras partes la ayuda a iglesias que concedía Giner.

El apoyo de los alcaldes del PP

Esta clara redirección de las prioridades de la Diputación de Valencia en el plan de restauración de bienes inmuebles tiene varios efectos. El más evidente es que obliga a más parroquias a pagarse sus propias obras de reforma o mantenimiento (pues en la mayoría de casos no dejan de ser trabajos menores alejados de la restauración artística) o empuja a las iglesias a aplazar la obra para más adelante, cuando logren alguna subvención pública.

Hay otra consecuencia indirecta de calado político. En plena crisis, y con la mayor parte de los ayuntamientos ahogados en la penuria económica y financiera para sacar adelante obras públicas, Alfonso Rus —también presidente provincial del PP valenciano— logra granjearse el apoyo de más alcaldes al concederles subvenciones de forma directa para que restauren monumentos municipales y puedan lucir la obra ante su electorado.

De los 900.000 euros concedidos a los ayuntamientos en 2011 en este plan, los consistorios gobernados por el PP recibieron 630.000 euros; los ayuntamientos socialistas percibieron 150.000 euros; los municipios gobernados por el Bloc lograron 95.000 euros; y los de Esquerra Unida obtuvieron 25.000 euros. Los consistorios gobernados por independientes no recibieron ninguna ayuda. Si se hace la proporción matemática en función del número de municipios que gobierna cada uno de los dos grandes partidos, los ayuntamientos populares recibieron 71.000 euros más de aquello que les correspondía, y los consistorios del PSPV percibieron casi 91.000 euros menos de lo que se merecían por número de ayuntamientos gobernados.

La cifra

250.000 € Ayudas para bienes muebles a instituciones sin ánimo de lucro

La Diputación de Valencia también ha publicado ya las bases del plan para ayudas al patrimonio mueble. La cuantía global del programa asciende a 375.000 euros. De ellos, igual que el año pasado, 125.000 euros son para ayuntamientos y 250.000 euros están reservados a instituciones sin ánimo de lucro, copados casi siempre por parroquias para rehabilitar imágenes de santos, retablos, andas, altares o cuadros.