El Ayuntamiento de Oviedo reclama 1,3 millones de euros a Jovellanos XXI, la promotora del Palacio de Congresos de Buenavista diseñado por el arquitecto de Benimàmet, Santigo Calatrava, en concepto de daños y perjuicios por la inmovilidad de la visera del edificio. El consistorio renuncia a reparar ese defecto, así que la estructura móvil del Calatrava nunca se elevará. En la cantidad exigida como compensación, 1.358.167 euros, también va incluida la reparación por los pavimentos del entorno del edificio, que los técnicos municipales consideran "inadmisiblemente deslizantes".

Al justificar su resolución, los técnicos municipales exponen que existe "un incumplimiento parcial" de las condiciones del contrato con Jovellanos XXI, pero consideran que "la resolución contractual resultaría desproporcionada". Sostiene que "el incumplimiento parcial del contrato no es causa suficiente de resolución". Por otro lado, ponen de manifiesto que no hay garantías de que la inmovilidad de la visera del Calatrava pueda repararse y de que nuevas intervenciones en la cubierta del Calatrava sean útiles para conseguir su movimiento. Desde la coordinación de las áreas de Cultura, Turismo y Congresos desaconsejan el cierre del Palacio de Congresos, al que obligarían esas obras. Así que el ayuntamiento renuncia a poner en movimiento la visera.

La indemnización ha sido calculada estimando el coste de la cubierta o su reparación en 5,5 millones de euros y a partir de ahí, deduciendo esa cantidad de la inversión inicial, para llegar a 1,24 millones de euros a favor del Ayuntamiento de Oviedo. Para compensar la privación de la movilidad de la estructura se añaden 74.763 euros y otros 37.344 euros más por la pavimentación.

En Valencia, el edificio del Ágora tampoco ha podido completarse con las 169 lamas que componían la estructura metálica móvil del Ágora que debían instalarse en la parte superior. Calatrava consideró que algunas de las lamas estaban defectuosas porque no tenían la curvatura deseada -una discusión de milímetros-. El conflicto por quién debería asumir este sobrecoste relegó las láminas existentes a un solar contiguo detrás de l'Oceanogràfic y dejó el edificio inacabado, provocando goteras de agua que se cuela por los agujeros en los que debían encajar las piezas. La única diferencia con Oviedo es que en la ciudad asturiana se reclama por la obra incompleta, pero en Valencia se le pagaron hasta 42 millones más por 527 millones de sobrecostes.