El peso de introducir en el inglés a los 45.000 alumnos de tres años que el próximo viernes 7 de septiembre ingresen en el primer curso de Educación Infantil recaerá casi por completo en los 329 maestros "becarios" mileuristas que ha habilitado la Conselleria de Educación. Según cifras oficiales facilitadas por el secretario autonómico de Educación, Rafael Carbonell, apenas el 15 % del profesorado de Educación Infantil está capacitado para dar clases en inglés.

Es decir, que en el 85 % de las aulas de Infantil, los "English Helper", más que ayudantes o asistentes de inglés tendrán que dar ellos la clase o convertirse en traductores de las palabras del maestro como ya pasó en 2008 al ordenar el Consell de Francisco Camps que las asignatura de Educación Para La Ciudadanía (EPC) se impartiera en inglés en Secundaria.

No obstante, Carbonell, quita relevancia a que la gran apuesta de la Generalitat por la enseñanza trilingüe descanse sobre becarios mileuristas, ya que explica que en este primer año de implantación del Plan de Plurilingüísmo se trata de "introducir y familiarizar en la lengua inglesa a niños de tres años". El asentamiento de este ambicioso plan, obligatorio para los centros docentes públicos y concertados, pero voluntario para los totalmente privados, es progresivo hasta que en 2020 alcance a toda la enseñanza obligatoria.

El hecho de que el primer trimestre de las becas de los maestros de inglés se pague con 987.000 euros de las ayudas a la gratuidad de los libros de texto, restando un 2 % del presupuesto a esta partida ha sembrado el desánimo entre las librerías de la Comunitat Valenciana, a las que Educación aún adeuda 9 millones de euros del "bonolibro" correspondientes al curso que finalizo en junio.

El impago de este montante, que tenían que haber cobrado en octubre pasado, "ha agravado la crisis que padece el sector" según la presidenta del Gremi de Llibrers, Glòria Mañas. Un sector que ve con preocupación que en la convocatoria de becas de libros de texto la conselleria de Educación no exija a las familias que presenten una factura en la que se demuestre que efectivamente han destinado la ayuda a la adquisición de dichos materiales didácticos.

Tras el fin del "bonolibro", en el que la ayuda era universal para todos los escolares de Primaria independientemente de su situación económica, Educación ha enterrado el café para todos y vuelve a condicionar la ayuda a la renta familiar.

Los libreros reclamaron que estas becas, que se ingresarán en una cuenta bancaria a nombre del alumno beneficiario, comporten la presentación de la factura de la compra de libros "como se hace en otras autonomías gobernadas por el PP, pero no nos hicieron caso", lamenta Mañas. Sin este requisito, añade, "los padres, pueden destinar el dinero para libros a otra cosa". No obstante, tras ver como se destina parte de las ayudas a libros para pagar a los maestros "becarios", la portavoz de los libreros desconfía de que las becas "lleguen efectivamente a todas las familias que tengan derecho".

Llevarán las becas ante Inspección de Trabajo

Los partidos de la oposición en las Corts criticaron ayer que la Generalitat recurra a maestros "becarios" mileuristas para dar clases de inglés en Infantil. Pilar Sarrión (PSPV) opina que "es una barbaridad que después de prescindir de miles de interinos, ahora quieran cubrir plazas con becas". Fran Ferri (Compromís) anunció que llevarán a la Inspección de Trabajo las becas para ayudantes de inglés, al tratarse de "una relación laboral encubierta" y se anime a "contratar a trabajadores sin derechos laborales". Marga Sanz (EU) tacha estas becas de "solución vergonzosa". Finalmente, Rafael Maluenda (PP) ha replicado que el PSPV "parece que no quiere que los alumnos aprendan inglés en la escuela pública".