Morella es como una isla anclada en la historia que conserva como ningún otro pueblo los usos, costumbres y las tradiciones de antaño. Especialmente, en lo que se refiere a lo religioso. De ello habla bien sus festes del Corpus y de la Mare de Déu de Vallivana. Las de Corpus siguen haciéndolas exactamente igual, sin cambios desde hace seis siglos. Sus habitantes son notarios fidedignos de lo que fue y ejecutivos decididos de los que tiene que seguir siendo durante la segunda quincena de agosto.

Cada seis años, en Morella tiran la casa por la ventana en sus festes del sexenni. Nacieron en 1648, cuando sobre la población y su comarca acaeció una terrible epidemia de peste. Sin medios con que afrontarlo, se aclamaron a Dios y a la Virgen. A Ella la trajeron al pueblo en romería de rogativas desde la ermita donde estaba. La peste cesó cuentan fervientes las crónicas y la tradición oral que sigue muy viva e hicieron promesa de rendirles solemnes fiestas cada seis años a la Virgen el primer domingo de mayo.

En 1672, de nuevo otra epidemia. Esta más fuerte y agresiva que la anterior. De nuevo todo el pueblo fue en romería al santuario de la Virgen, la que trajeron al pueblo el 25 de septiembre, cesando de nuevo la epidemia.

En 1750, se acordó cambiar las fiestas sexenales de mayo a la cuarta semana de agosto. Morella, eminentemente rural, agrícola, hizo como muchos otros pueblos, trasladar sus fiestas principales a agosto, en el período de descanso agrícola-laboral entre la siega del trigo y la vendimia, fiestas que comienzan con el tradicional Pregó.

Este año hay fiestas sexenales. Se va a la ermita de la Virgen en rogativa, a pie, a caballo, en carros, carruaje con alegría, en romería y se regresa en procesión con la Virgen. Para cuando llega al pueblo, todas las casas están bellamente engalanadas con ricos tapices, murtas, flores, arcos triunfales,É las campanas de su hermosa basílica, de factura catedralicia repican a gloria y bienvenida.

Salen a su encuentro las danzas de los tornejants, antiquísima como la misma Morella. En su iglesia mayor a la Virgen se le ha venerado siempre con un solemne novenario que organizan los distintos grupos sociales herederos de los antiguos gremios de la histórica ciudad. De características muy similares al baile de Algemesí en honor a la Mare de Déu de la Salut.

Cada día se escenifica un retaule, procesiones que integran los distintos elementos de las fiestas religiosas antiguas, desde carros triunfales, danzas -Teixidors, Arts i oficis, Llauradors i Llauradores, Les gitanetes,Éy personajes bíblicos, donde destacan las heroínas bíblicas, grupo que siempre ha impulsado y patrocinado el Gremio del Comercio. Tal vez, porque los judíos se unían a la fiesta en la época esplendorosa de su vida económica aportando su particular fe en el Antiguo Testamento, o tal vez, como en Valencia, el Consell de Morella quiso unir las comunidades cristiana y judía dándole cancha a los libros bíblicos en que sólo creen los judíos. Carros triunfales, que son nuestras, y las suyas, Rocas de Corpus.

En definitiva, las del sexenni de Morella son sin lugar a dudas las más singulares, antiguas y fieles a la historia, la madre de todas las fiestas religiosas populares valencianas.