¿Cuál cree que debe ser la prioridad de su partido de cara al próximo curso político?

Una de las prioridades es la de explicar las medidas que está tomando el Consell para salir de una situación tan complicada en la que está la Comunitat Valenciana y el resto de España.

En tan sólo ocho meses el PP de Rajoy ha perdido fuelle en las encuestas. ¿Teme que este desgaste se traslade aquí?

Somos conscientes de que las medidas que estamos tomando tienen un coste electoral, pero en estos momentos, siendo responsables, no podemos pensar en las próximas elecciones. Lo que tenemos que hacer es pensar de manera inmediata en lo que tenemos que hacer para que los valencianos puedan volver a una situación de normalidad cuanto antes.

Son 17 años gobernando. ¿Es­tá preparado el PPCV para estar en la oposición?

El PPCV fue el partido más votado en las elecciones. Es un partido con un gran respaldo y de lo que estoy convencido es de que es el más preparado para sacar adelante a esta comunidad.

Los ajustes presupuestarios y los impagos han generado un clima de gran malestar. ¿Entiende que la gente salga a la calle?

Por supuesto; y comparto la frustración de los que se manifiestan cada día en los distintos puntos de la Comunitat Valenciana porque lo están pasando mal. Están sufriendo ajustes que nos vemos obligados a realizar. En estos momentos, lo que tenemos que hacer es estar al lado de la ciudadanía y explicarles muy bien por qué estamos tomando estas medias.

¿Si no tuviera un cargo político saldría a manifestarse?

Probablemente sí.

¿Adoptar medidas como subir impuestos que no figuraban en el programa electoral es un ejercicio de realismo, como dijo el otro día el conseller Vela, o una estafa, como sostiene la oposición?

Cuando uno se presenta a unas elecciones lo hace con un programa electoral e intenta hacerlo lo más realista posible. Lo que ocurre es que la realidad de la crisis económica en el conjunto de España nos ha superado a todos.

Después de tantos años gobernando y dada la situación actual de la Generalitat, al borde del rescate ¿asume su partido alguna responsabilidad?

Primero, me gustaría puntualizar que en ningún caso la Comunitat Valenciana ha sido rescatada. Se ha acogido a una herramienta para que las comunidades autónomas puedan pagar a los proveedores. Para nosotros es una prioridad que la Administración no sea un problema para los ciudadanos sino que sea la solución. Respecto a la autocrítica, debemos y tenemos que hacerla porque los ciudadanos no entenderían otra actitud. Todos, de un partido o de otro, de un municipio o de una comunidad, hemos vivido por encima de nuestras posibilidades y lo que tenemos que hacer ahora es rectificar. No tener miedo a pedir disculpas si nos hemos equivocado y poner en marcha las medidas para salir adelante cuanto antes. Tenemos que romper la barrera entre la clase política y los ciudadanos y sólo la podemos romper con sinceridad y mirando a los ojos a los ciudadanos.

Usted es licenciado en sociología. ¿Cómo explica la desafección de los ciudadanos con la clase política?

La clave es la economía. Si los ciudadanos lo pasan mal, no tienen trabajo pues empiezan a hacer responsables a los políticos de su situación. Es razonable y legitimo. Por eso insisto en que es esencial que expliquemos por qué estamos donde estamos, por qué tomamos las decisiones y para qué.

¿Cuál es su receta para salir de la crisis?

Seguir trabajando para lograr la nueva Administración del presidente Fabra. Una Administración eficiente, austera y transparente. Y a partir de ese punto de inflexión, inculcar la ética política en la toma de decisiones desde el municipio más pequeño hasta la administración más importante.

La nueva Administración de la que habla también implica despidos.

El tamaño de la Administración debe ser directamente proporcional al tamaño de sus posibilidades y no tiene sentido tener una Administración que no podemos pagar. Eso conlleva deuda y al final la deuda no es de una entidad abstracta, sino de los ciudadanos. Tenemos la responsabilidad y la obligación moral de gestionar con mu­cha austeridad y sentido común los impuestos de los ciudadanos. Es una evidencia que las administraciones en los últimos tiempos han crecido demasiado, los impuestos han caído en picado y tenemos que hacer un ejercicio complejo y difícil de encajar ingresos y gastos.

Usted trabajó en el Palau de la Generalitat en la época de vacas gordas, de los grandes proyectos. ¿Fue una apuesta equivocada?

Entre el año 2004 y 2007 vivíamos una época de bonanza. Fue en 2007 cuando la situación económica ya aventuraba muchos problemas. En la Comunitat Valenciana ha habido una déficit de financiación por parte del Gobierno de España que ha obligado a la Administración autonómica a endeudarse para poder manteniendo los servicios. Ahora no podemos hacer frente a esa Administración con tantos servicios, nos vemos obligado a reinventarla.

¿Se hizo algo mal entonces?

Eran otros tiempos y había otras circunstancias. Hay que hacer autocrítica y si en algún momento hemos reaccionado tarde o hemos tomado una decisión que no era adecuada, rectificarla

Se refería usted a la ética en la política. ¿No resulta poco creíble esta bandera con once diputados del PP imputados o salpicados por escándalos de corrupción?

El presidente dentro de su responsabilidad ha tomado decisiones muy valientes en su gobierno. Y todos hemos sido conocedores de personas que se han visto involucradas en supuestos casos y se han apeado de sus responsabilidades públicas. En cuanto al grupo parlamentario, son diputados, hay que mantener la presunción de inocencia. E insisto en que el presidente en su órgano de gobierno cuando ha tenido que actuar lo ha hecho y ha puesto encima de la mesa su tesis de tolerancia cero ante la corrupción

¿Si usted estuviera en una situación judicial similar a la de sus compañeros dimitiría?

Es una situación complicada porque cada uno sabe si tiene o no una responsabilidad. Sí que es cierto que tenemos situaciones que desde un punto de vista mediático puede ser delicadas para el partido, pero desde el punto vista humano hay que entender que haya gente que quiera defenderse.

¿Faltan valores en la política?

Ha habido una bonanza económica y todos hemos vivido por encima de nuestras posibilidades, de manera muy rápida y ahora nos toca vivir un momento de reflexión, de replantearnos como debe ser la ética en la política y desde luego incidir mucho más en los valores y en los principios.

Los ayuntamientos están en una situación crítica y algunos alcaldes, incluso del PP, se quejan de que no llega el dinero de la Generalitat. ¿ Cuál es su posición como alcalde de Calp?

Hay instituciones que nos deben dinero, pero el posicionamien­to del Ayuntamiento de Calp es de lealtad absoluta. Esto es algo que desde mi cargo de vicesecretario general les pido a todos los alcaldes con los que hablo. No es momento de exigir, sino de arrimar el hombro. De esta situación sólo podemos salir si estamos unidos y si somos leales unos con otros.

El PPCV se cansó de repetir que con Rajoy en la Moncloa se acabaría la discriminación para la CV. ¿Para cuándo el agua y la financiación?

En este momento, el presidente Fabra está defendiendo los intereses de la Comunitat Valenciana con un diálogo constante con el Gobierno de España. Está arrimando el hombro y está actuando con mucha lealtad. Estoy convencido de que por esa línea, la de la reivindicación con sentido común, saldremos antes de la crisis.

Hay voces en su partido que cuestionan el valencianismo político del presidente...

Discrepo totalmente. El presidente está haciendo lo que tiene que hacer para que los valencianos tengan un puesto de trabajo. Ser más valencianista es preocuparse de este problema esencial y básico de cualquier estado de bienestar y después, lo demás.