«Esto no me lo des, que tengo tres o cuatro cajas en casa». Esta frase, en boca de jubilados y pensionistas que el pasado mes de julio comenzaron a tener que desembolsar dinero por sus medicamentos con la entrada en vigor del copago farmacéutico, es la frase que más se está repitiendo en las boticas valencianas. Esta letanía , según el Colegio Oficial de Farmacéuticos de Valencia (COFV), está detrás de la mayor parte del descenso de 1,6 millones de recetas que se ha registrado en el primer mes de copago.

«Muchos pensionistas y jubilados que tienen tratamientos crónicos, al ver que ahora tienen que pagar por sus medicamentos, están echando mano del ‘arsenal’ de medicinas que han acumulado en casa», relata Juan de Dios Moscardó, farmacéutico y miembro de la junta del COFV.

Esto es lo único que explica, según Moscardó, el notable descenso que han registrado las farmacias valencianas en la dispensación de los medicamentos más consumidos por los pacientes jubilados: «hipotensores, para bajar la tensión arterial, tratamientos para la glucemia (diabetes), pero sobre todo para el colesterol, que es donde más hemos notado la caída».

La dispensación cae un 24 %

El portavoz del COFV destaca que estos tratamientos «no han bajado porque los médicos hayan recetado menos, pues desde Sanidad nos indican que el numero de prescripciones no ha descendido». Al tratarse de medicamentos básicos, Moscardó, justifica la enorme caída de la dispensación de medicamentos —en las farmacias de la provincia de Valencia entraron en julio un 24 % de recetas menos que hace un año — porque muchos pacientes crónicos prefieren agotar las cajas que guardan en casa antes que tener que pagar por ellas».

Las recetas no consumidas caducan a los 10 días, de ahí que se pierdan con el consiguiente ahorro para la Administración. El portavoz de los boticarios, no obstante, prevé que «en un par de meses, cuando se agoten los medicamentos acumulados en casa, las recetas volverán a crecer».