Un toro cerril de la ganadería sevillana de los Hermanos Sampedro murió el pasado viernes por la tarde en Albalat dels Sorells después de ser encerrado en toriles debido al «extraño comportamiento» que mostraba tras dar una voltereta en plena calle nada más salir del corral. Así lo confirmaron ayer fuentes del ayuntamiento y de la peña taurina «La que faltava», comisión organizadora del festejo.

Se trata del segundo astado que muere en ocho días en un festejo de «bous» en la provincia de Valencia, tras el fallecimiento de otro toro cerril en Petrés.

Una portavoz de la peña organizadora del encierro de Albalat explicó ayer que el astado, de nombre Granado, era el segundo que se lidiaba ese día, salió «muy acelerado» de los toriles e instantes después embistió contra los barrotes que protegían el acceso a una vivienda en la calle donde se celebraba el festejo. Al parecer, el animal quedó enganchado en los barrotes y de la misma fuerza que llevaba dio una vuelta de campana.

«De todas formas, siguió corriendo pero iba demasiado sofocado —señaló también la representante de la peña—. Estuvo así durante 10 o 15 minutos y al finalmente decidimos encerrarlo». «Después de pegar la voltereta el toro iba fatal —recordaba por su parte un testigo—. Lo metieron en el toril, le tiraron agua porque iba sofocado y murió».

Al igual que los otros cuatro astados que se sacaron en el encierro del viernes, el destino de Granado era ser embolado en el festejo de la noche y a continuación ser llevado al matadero. Pero no llegó a participar en los «bous» nocturnos ya que, según las fuentes consultadas, había fallecido ya minutos después de entrar a los toriles por la tarde.

Se trata del segundo toro que muere durante un festejo de «bous al carrer» en apenas ocho días después de que el pasado jueves de madrugada un astado perdiera la vida en Petrer tras ser forzado a salir pese a que horas antes se había caído al suelo por agotamiento. En aquel caso —y, al parecer, también en el caso de Albalat— el toro fue incinerado antes de que se pudiesen analizar las causas de la muerte. Por ello, el pasado sábado el conseller Serafín Castellano anunció la apertura de un expediente informativo para aclarar lo ocurrido. Además, y tal como también publicó este periódico, la Comunitat Valenciana es la única en la que se celebran toros de calle donde no se exige la presencia de un veterinario que supervise el estado de los animales.

El alcalde de Petrés sigue recibiendo correos con insultos

La muerte del toro «Brusco» en Petrés desató una enorme polémica que hizo que el alcalde de esta localidad, Julio Sánchez recibiese en sólo tres días más de 400 correos electrónicos que condenaban lo ocurrido tanto este año como en 2011, cuando falleció otro animal al golpearse con una barrera. La mayoría de escritos reproducían el mismo texto redactado por colectivos animalistas que promovieron en Internet esta acción, pero otros iban van más allá e incluían insultos, amenazas e hirientes comentarios hacia el pueblo y sus habitantes. Uno de ellos incluso ha llegado a desear que la población «sufra un terremoto». Sánchez explicó ayer que ha seguido recibiendo mensajes durante los últimos días, aunque en menor número, y ninguno con amenazas. v. c. m. petrés