La dirección regional del PP de la Comunitat Valenciana ultima los detalles de la tradicional cena de inicio de curso político que tendrá lugar el viernes 14 de septiembre y en la que espera "reencontrarse" con el líder nacional del partido y presidente del Gobierno, Mariano Rajoy. La cita, que se celebrará en Gandia para coincidir con la escuela de verano que PP celebra en este municipio, busca visualizar el fin de una etapa marcada por la frialdad en las relaciones con Génova. De hecho, el PPCV mantiene la esperanza de que Mariano Rajoy pueda cumplir con su agenda y desplazarse a Gandia para clausurar el encuentro nacional y, de paso, arropar a Alberto Fabra. Rajoy fue durante algunos años un incondicional de las cenas del PPCV y un asiduo a los actos políticos o institucionales que se realizaban en la Comunitat Valenciana. Sin embargo, el caso Gürtel y el enfriamiento de las relaciones con el entonces presidente Francisco Camps alejaron a Rajoy de Valencia. La acumulación de casos de corrupción y de imputados con cargos relevantes en el PPCV hizo que una de las plazas más importantes de los populares fuera un lugar incómodo para visitar por las primeras espadas del PP. A ello se unió las diferencias políticas con la número dos del PP, Maria Dolores de Cospedal.

Las relaciones de la cúpula regional con Génova se han normalizado, pero aún no se ha producido la foto de la reconciliación en tierras valencianas. Gandia es una oportunidad única para que Fabra, que tiene por delante una complicada legislatura sobre todo en lo económico, reciba el apoyo de Madrid en el inicio del curso político. Un gesto que compense el vacío que sufrió en el congreso regional de Alicante del pasado mes de mayo cuando fue reelegido presidente del PPCV

La de Gandía no será, sin embargo, una cita multitudinaria, entre otras cuestiones por las dificultades de encontrar un local que dé cabida a las multitudes que el PPCV es capaz, si se lo propone, de movilizar. La idea es que cenen con Rajoy o, en su defecto, con Cospedal y la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaria, unas mil personas. Eso sí, Fabra, fiel a su estilo, quiere evitar alardes. El menú será frugal y no costará más de 20 euros, el tope impuesto para sus altos cargos.