Las dificultades que tiene el Consell para afrontar los pagos hace que la bola de la deuda siga creciendo a pesar del alivio que supuso para la Generalitat la adhesión al plan de proveedores. Este mecanismo facilitado por el Estado por el que el Consell pudo endeudarse por 4.354 millones para pagar facturas pendientes del capítulo II (gastos de funcionamiento) y capítulo VI (inversiones) ha sido un desahogo, pero los problemas de liquidez continuan y, por lo tanto, los retrasos en los pagos. Hasta tal punto de que en sólo seis meses las obligaciones pendientes de pago suman 4.325 millones de euros, es decir, la misma cantidad solicitada para el plan de proveedores.

La cifra aparece recogida en la última ejecución del presupuesto correspondiente al 30 de junio. De todos los capítulos de gasto de 2012, el Consell tenía pendiente de pago 1.989 millones de euros. A esta cantidad hay que sumar las facturas pendientes de ejercicios cerrados y que, según la documentación presupuestaria, asciende a 2.335 millones más. Ambas cantidades son superiores a los pagos que la Generalitat tenía pendiente en el mismo periodo un año atrás. Entonces, por ejercicios cerrados el Consell debía 1.098 millones. Imputable al ejercicio corriente de 2011 la deuda ascendía a 1.727. Por lo tanto, los pagos pendientes del Consell a 30 de junio de 2011 eran de 2.824 millones de euros, nada menos que un 53% menos que ahora.

Cabe precisar que el plan de proveedores no permitía limpiar toda la deuda del Consell, sino sólo la correspondiente, como se ha dicho, a los capítulos II y VI. La cantidad que en junio estaba pendiente de pago correspondiente a 2012 abarca todos los capítulos, si bien la pelota de las facturas se produce sobre todo en los gastos corrientes, transferencias e inversiones. El análisis de los datos, como ayer puso de relieve el portavoz socialista en las Corts, Julián López, evidencian que el Consell sólo es capaz de atender puntualmente las nóminas y los intereses de la deuda. El resto de gastos: ayudas, subvenciones, inversiones, suministros de luz y agua, servicios prestados por empresas, etc., acumulan más deudas que pagos. Así, del total del presupuesto de gasto (13.754 millones), en el ecuador del ejercicio el Consell sólo ha pagado 4.843 millones. De esta cantidad, 1.959 millones se destinó a nóminas y gastos financieros. El estado de ejecución evidencia también los efectos perversos del recurso a la deuda: en sólo seis meses la Generalitat había gastado en intereses más del 80% de lo previsto para el conjunto del año. Mientras tanto, otros capítulos claves arrojan una pobre ejecución. En seis meses las obligaciones reconocidas netas en inversiones apenas alcanzó el 30% del total del presupuesto (272 millones de los 913 consignados para obras). Las inversiones indirectas se quedaron en el 29%.

López sostuvo que la falta de recursos para hacer frente a los pagos origina tales tensiones de liquidez que el Consell dedica la mayor parte de su tiempo a buscar fondos con los que pagar las deudas. "A Fabra no le que queda margen para de-sarrollar una iniciativa política propia, porque han de seguir los dictados del Gobierno de Rajoy, que le obliga a renunciar a una mejor financiación autonómica, a cambio de más y más préstamos, que multiplican los gastos financieros de la Generalitat y que, antes o después, tendremos que devolver", indicó.

Costa aplaude el control del gasto

Respecto al endurecimiento del control en la Intervención General de la Generalitat, López se mostró convencido de que el objetivo es retrasar los pagos. El portavoz de Economía del PP en las Corts, Ricardo Costa, lamentó que los socialistas no apoyen el esfuerzo del Consell por aplicar medidas de ahorro y mantuvo que el objetivo de la orden sobre la Intervención es aumentar el control sobre el gasto.