Decenas, cientos de personas se lanzaron ayer a conseguir una plaza para estudiar en el Centro Alemán de Valencia, el equivalente al Instituto Cervantes español. La crisis laboral que atraviesa España y la necesidad de profesionales en Alemania empujan a los jóvenes a prepararse para la salida. Según el director del centro, Carlos de Valcárcel, en este último año se ha doblado la demanda. Y es que las empresas de aquel país valoran positivamente el simple hecho de que los aspirantes a un puesto de trabajo hayan intentado conocer antes su idioma, dice.

Convocados todos los aspirantes el día 3 de septiembre, desde las ocho de la mañana de ayer se formaron largas colas a las puertas del Centro Alemán, situado en la calle María Cristina, muy cerca de la Plaza del Ayuntamiento. Cada año pasan por allí unos 1.400 alumnos interesados en sus cursos intensivos, cuatrimestrales o de año entero. Pero en los últimos años, sobre todo desde que empezó la crisis, la demanda ha ido creciendo y en el último año se ha doblado, asegura Carlos de Valcárcel.

Empezar ya es suficiente

El motivo es la crisis y la opción, cada vez más valorada, de emigrar a Alemania para encontrar una salida laboral. De hecho, el formato más demandado es el curso intensivo, que en un mes ofrece la misma materia que en un año. Ni uno ni otro te da un conocimiento del idioma, pero «demuestra que lo has intentado», algo también muy valorado por las empresas alemanas. La realidad a día de hoy, dice Valcárcel, es que «están cogiendo a mucha gente y luego les recomiendan que sigan estudiando allí».

Aunque no hay un perfil claro, la gran mayoría son jóvenes universitarios y en paro. Lidia, que ayer se quedó a las puertas de ser atendida por la mañana y optó por seguir esperando hasta que volvieran a abrir a la 5 de la tarde, tiene un perfil parecido. Ella ha estudiado derecho, según dice, y Alemania es una opción. «Yo ya estudié alemán durante siete años y lo dejé hace cinco, cuando empecé la carrera», cuenta, así que ahora ha decidido recuperarlo para ampliar su currículum. «El inglés lo tiene todo el mundo y esto es algo más», explica Lidia, que ya tiene algunos amigos en Alemania con beca Erasmus.

Nacho, por su parte, aún no ha llegado a ese punto. Con tan sólo 16 años de edad lo que quiere es sacarse el título básico para poder entrar el año que viene en una academia de música de Berlín, que es el sueño de cualquier estudiante de piano.

Y Vicente aprovecha que se ha quedado en paro para ampliar su currículum de químico con conocimientos de alemán. Según dice, tiene familia y no valora la opción de marcharse a Alemania, pero «ahora también hay empresas de aquí de España que piden este idioma». «Es una buena manera de aprovechar el tiempo».

Incluso para las futuras generaciones el alemán es una opción clara. José estaba en la cola para matricular a su hija de nueve años. Ya lleva tres preparándose.