Los impagos generalizados y el reconocimiento a finales de 2011 de las facturas en los cajones de miles de proveedores de la Generalitat, condición inexcusable para poder financiar estas deudas a través del Plan de Pagos de Gobierrno central, ofrece ahora una imagen poco menos que catastrófica de las finanzas públicas. La Cuenta General de la Generalitat correspondiente a 2011, hecha pública ayer por el Consell, arroja datos demoledores sobre la desesperada situación financiera de la Administración autonómica. Todos los indicadores negativos quedan pulverizados con las nuevas cifras. Al cierre del ejercicio pasado, el Gobierno valenciano arrastraba deudas con acreedores a largo y corto plazo por 26.328 millones, 7.052 millones y un 36% más que en 2010 (19.276 millones), según los datos recogidos en el balance. En 2007, antes de la crisis, sumaban 10.548 millones. Para saldar estos débitos harían falta prácticamente dos presupuestos completos. Pero además, el patrimonio neto de la Generalitat (la diferencia entre el valor de sus bienes y derechos y todo lo que debe), que ya fue negativo por primera vez en su historia en 2010 (en 1.913 millones), se disparó hasta los 8.561 millones negativos, 6.648 millones más que el ejercicio anterior.

Unas cifras que, de tratarse de una empresa privada, ahondarían todavía más en la situación de quiebra de las finanzas públicas. Y es que, sobre el papel, todos los activos de la Generalitat no bastarían para enjugar el desequilibrio patrimonial. Todavía le quedarían por pagar los citados 8.561 millones. En 2008, el patrimonio neto era positivo en 3.655 millones, que ya cayeron en picado hasta los 800 millones en 2009.

Del volumen total adeudado a los acreedores, destacan sobremanera los débitos a corto plazo, que han pasado 10.889 millones en 2010 a 17.314 en 2011, un incremento del 59% de un año para otro. La explicación es doble: De un lado, las dificultados del Consell para poder financiarse en los mercados de deuda le llevaron a una situación de impago generalizado; de otro, el Ejecutivo se vio obligado a reconocer facturas en los cajones para poder incluirlas en el Plan de Pago a Proveedores en al menos 1.800 millones. El volumen financiado por Madrid, 4.300 millones, habrá pasado de deuda a corto a largo.

En el detalle de las cifras se aprecia que los acreedores presupuestarios se dispararon de 2.368 a 5.791 millones mientras el epígrafe «otros acreedores» refleja un salto de 2.292 a 4.275 millones. En cuanto a las deudas a largo plazo reflejadas en el balance, se incrementan en sólo 627 millones, al pasar de 8.387 a 9.014 millones.

Otro indicador del deterioro de las cuentas autonómicas es el llamado fondo de maniobra, que es la diferencia entre los acreedores a corto plazo —deudas a satisfacer en un periodo inferior al año— y los derechos disponibles también a corto plazo (técnicamente, el activo circulante). En 2010 ya alcanzó una cifra negativa récord de 8.808 millones —4.310 en 2007, antes de la crisis—, pero en 2011 barre todos los registros al sumar la friolera de 15.525 millones, 6.717 millones y un 76% más que el año anterior. Un cifra realmente alarmante.

Si la Generalitat tuviera que atender todas sus deudas a corto con los recursos de los que puede echar mano de inmediato, no sólo no podría hacerlo, sino que necesitaría más de un presupuesto entero para hacerlo. El fondo de maniobra es revelador de la extrema falta de liquidez del Consell, que en diciembre de 2011 necesitó de la ayuda del Gobierno para afrontar un pago de 123 millones con el Deutsche Bank. Ahora, la Generalitat piensa acceder a unos 3.500 millones del fondo de rescate del Gobierno para poder financiarse y afrontar pagos al margen de las entregas a cuenta del sistema de financiación.

En 2011, el Consell gastó (obligaciones reconocidas) 14.555 millones mientras que ingresó únicamente 12.710 millones, de los que 1.936 millones los obtuvo mediante emisiones de deuda. De este modo, el resultado presupuestario —que computa todos los capítulos de gasto y todos los de ingresos menos las emisiones y las amortizaciones de deuda— arroja un déficit, tal como informó este periódico al hacerse pública la liquidación en febrero pasado, de 3.642 millones, frente a los 2.857 de 2010. Un incremento de los números rojos del ejercicio del 27,5%, 785 millones. El Consell, no obstante, habla de un déficit de 1.543 millones en 2011 porque en su dato incluye como ingresos los fondos que obtuvo vía endeudamiento, un criterio que el Gobierno central no admite.

Sólo 181 millones menos gastados

El gasto total del Consell en 2010 fue de 14.736 millones, con lo que la reducción global en 2011, pese a los planes de austeridad, fue de 181 millones. En cambio, los ingresos en 2010, sin incluir emisiones de deuda (3.354 millones), sumaron 11.743 millones, 969 más que en 2011 (10.774 millones). En personal se minoró el gasto en 117 millones pero en funcionamiento, sólo 25. La tijera se metió en las subvenciones corrientes (193 millones menos) y en las de capital (122) mientras los intereses sumaron 632 millones (153 millones más).

Al cierre de 2011, el Ejecutivo dejó pendiente de pago 3.573 millones de obligaciones reconocidas, de los que 2.679 correspondían a las cuentas del ejercicio y otros 893 a las de años anteriores. En 2010, la cifra era mucho menor: 2.331 millones, 2.0000 del año y 331 de ejercicios anteriores. A este pendiente de pago habría que sumarle 2.218 millones de «acreedores por operaciones pendientes de aplicar a presupuesto», de los que 1.874 son las facturas en los cajones afloradas en el Plan de Pagos. En 2010 esta cuenta sólo reflejaba 36,9 millones. Además hay 1.900 millones de gasto periodificado al futuro entre sanidad y universidades.

La plantilla se recorta en 893 empleados, sobre de sanidad y educación

La Cuenta General de 2011 certifica un recorte en el número de empleados de la Generalitat de cerca de 900 personas en 2011. Según el informe, el Consell registró el año pasado un total de 155.141 perceptores (que no se corresponden con personas en plantilla, ya que los puestos temporales computan cada uno como un perceptor), frente a los 156.034 de 2010. En 2009 los empleados sumaban 156.057 personas. El mayor recorte se da en Sanidad (450 menos, de 73.863 a 73.413 perceptores) y en Educación (400, de 66.484 a 66.084). En 2011, los cambios en el Gobierno de Fabra respecto al de Camps supusieron que el número de perceptores como altos cargos se elevara a 141, frente a los 124 de 2010, aunque el gasto se redujo al pasar de 7,5 a 6,6 millones. j. g. g./f. a. valencia