Los impagos y deudas no son el único lastre de la Generalitat que refleja la Cuenta General de 2011. Pese a las órdenes de contención del gasto y control de la Administración, el Ejecutivo valenciano volvió a incrementar la «pelota» de gastos que va comprometiendo con cargo a ejercicios futuros, que atarán de manos a los gobiernos venideros. Un año más, la cifra de la hipoteca de gasto para el futuro crece al sumar la friolera de 27.370 millones, el presupuesto de dos anualidades. Del total, más de 16.000 millones son deuda a largo plazo (13.984 millones) y los correspondientes intereses (más de 2.100 millones). El año pasado el volumen era de 26.107 millones, con lo que el incremento anual es del 4,8%, 1.263 millones más. El de 2011 es el primer año en que se puede verificar el incremento de la hipoteca de futuro después de que en 2010 el Consell cambiara el criterio de cálculo de los intereses, de manera que sólo tiene en cuenta el vencimiento de cada una de las operaciones «vivas» al cierre del ejercicio, pese a que éstas se van a refinanciar.

De haberse seguido el criterio anterior, en 2010 el gasto hipotecado para futuros gobiernos ascendía a 62.366 millones, con obligaciones hasta el año 2057.

A estas deudas y compromisos hay que sumar el de las empresas públicas. A 31 de diciembre, el riesgo asumido por el endeudamiento avalado al sector público sumaba 5.051 millones, una cifra algo superior a la de 2010, 5.008 millones.

La inversión, ejecutada al 63%

Tal como refleja la Cuenta, a lo largo de 2011 el Consell ejecutó únicamente el 63% de las inversiones directas previstas (740 de 1.165 millones del presupuesto actualizado) y, para colmo, sólo pagó el 51% de ésta. También debía el 53% de las subvenciones de capital que concedió y el 30,2% de las facturas para financiar gastos de funcionamiento y servicios. Emitió deuda por 1.936 millones y amortizó 139.