Las pruebas diagnósticas que realizó la Conselleria de Educación en abril pasado a los 47.204 alumnos que estudian cuarto de Primaria (10 y 11 años) en la Comunitat Valenciana han puesto en evidencia que sobre un 40 por ciento tiene móvil y quienes lo usan obtienen peores resultados en estos ejercicios orales y escritos.

A falta del conjunto de datos, cuyo resultados completos serán dados a conocer hoy por la conselleria, se constata el efecto que sobre los escolares tiene el teléfono móvil, según ha sabido Levante-EMV. En estas pruebas diagnósticas se evalúan tanto el rendimiento y el nivel en matemáticas y lenguaje como otros aspectos más personales.

Al respecto, la fiscal delegada de Menores para la Comunitat Valencia, Gema García, en varias ocasiones ha mostrado su desacuerdo sobre la posibilidad de que los menores de 14 años lleven teléfonos móviles conectados a internet.

En agosto pasado, en los cursos de verano de la Universidad Católica pronunció una ponencia en la que advirtió que niños de 10 años usen los smartphone o teléfonos inteligentes sin que los padres les ofrezcan la «formación necesaria para el conocimiento de los límites».

La fiscal explicó en su intervención que cada día llegan al área de Menores casos de sexting (envío de contenidos eróticos a través de móviles), o grooming (estrategias de un adulto a menores a través de Internet o teléfono móvil para lograr un encuentro).

El informe que ha llevado a cabo Educación también apunta a que el mejor rendimiento escolar se refleja en los alumnos y alumnas que conviven con ambos padres y hermanos (representan el 79,40 % de los niños de cuarto de Primaria y de segundo de la Secundaria Obligatoria-ESO), nivel en el que también se desarrollaron las pruebas diagnósticas el curso pasado. El porcentaje está prácticamente igualado por aquellos estudiantes que conviven en custodia compartida, un tiempo con el padre y otro con la madre (representan el 6,95 % del alumnado de 4º Primaria y 2º ESO).

La realización de las pruebas diagnósticas, que fueron duramente criticadas por diversas organizaciones sindicales docentes por algunas preguntas efectuadas que condicionaban la opinión de los niños sobre la actividad del profesorado, no tenían lugar desde 2009 en esta comunidad.

La consellera de Educación, María José Català, explicó entonces que se apuesta por la cultura de la evaluación con el fin de disponer de un informe para poder mejorar la calidad educativa y luchar contra el fracaso escolar.