Las permanentes de directores de Educación Infantil y Primaria de las provincias de Alicante y Valencia, que ayer se reunieron en sus respectivas asambleas para analizar el inicio de curso 2012-13, reiteraron ayer su rechazo a que los alumnos lleven comida de casa en fiambreras, como anunció la Conselleria de Educación.

"A la espera de concreción de la normativa, los directores mostramos nuestra disconformidad y cuestionamos la viabilidad del uso de la tartera en base a razones sanitarias, nutricionales, discriminatorias, económicas, pedagógicas y legales" argumentan.

En ninguno de los centros representados por los 120 directores de Valencia que asistieron a la asamblea, los consejos escolares han pedido tratar la cuestión, indicaron. Asimismo, sobre la afirmación, el día anterior, de la consellera de que los centros asuman el coste derivado del uso de tarteras porque tienen suficiente dinero para gastos de funcionamiento, el portavoz del colectivo explicó a Levante-EMV que "no es viable; no distingue lo que son gastos de funcionamiento".

Los responsables de los colegios públicos critican que Educación haya sido incapaz de publicar la normativa básica, lo que "imposibilita una buena planificación en los centros".

Según indican, a siete días vista del comienzo del funcionamiento generalizado de los comedores escolares en octubre, "no se han publicado las instrucciones que regulan, entre otros, el precio del menú diario ni se conoce la puntuación de corte de las becas de comedor" e igual ocurre con las becas de libros y el transporte, añaden. Además, aseguraron que a día de hoy, el 75 % de los centros no tienen la plantilla completa.

Por su parte, el ministro de Educación, José Ignacio Wert, defendió ayer de forma reiterada, en el Pleno del Congreso en Madrid, que la polémica en torno al uso de las fiambreras en los comedores escolares en varias comunidades autónomas no es competencia del Gobierno.

Así lo afirmó el titular de Educación en respuesta a los reproches de la diputada del PSOE por Castelló, Susana Ros, que advirtió de que la tartera es "consecuencia de los recortes" aprobados por el Gobierno para este curso escolar 2012-2013, que "pasará a la Historia como el curso de la fiambrera".

El ministro defendió que se trata de un tema "anecdótico" en el sentido de que es una "cuestión circunstancial" en lo que se refiere a los contenidos educativos. "Esto no tiene nada que ver con las decisiones del Gobierno", insistió, para añadir que los argumentos esgrimidos por la diputada socialista en el Pleno son una "evidente exageración".

Asimismo, reprochó a Ros que lleve este asunto al Congreso, lo que demuestra, a su entender, que "desconoce cuál es el marco en que esta cuestión se desenvuelve y de la que el parlamento es completamente ajeno".