La llegada de las tarteras a los comedores escolares no ha aterrizado con buen pié entre los agentes del universo educativo de la Comunitat Valenciana.

Al rechazo de los directores, también se suma el de los padres. Manoli Carrero, vicepresidenta de la Federación de Asociaciones de Padres y Madres (FAPA) de Valencia comentó que "este servicio no es más que un invento de la conselleria, una nueva cortina de humo, como tantas que hemos conocido. Lo que debería hacer María José Catalá es dar ejemplo a la sociedad y comer con tartera allí donde vaya, en cada uno de sus actos oficiales. Que ella pruebe si la iniciativa es viable y saludable. Luego hablamos sobre la posibilidad de introducirla en los centros educativos públicos".

Muchas preguntas

La portavoz de los padres concretó sus dudas: "¿Vamos a hacer que un niño de tres años de edad sea responsable de velar por el buen estado y el transporte de su comida más importante del día en una tartera, llevándola en su mochila? ¿Es esto serio? ¿Quién se encargará de recoger las fiambreras a las nueve de la mañana cuando los alumnos entren en el colegio? ¿Quién las vigilará durante las horas en las que profesores y niños estén en clase?".

Carrasco puntualizó que "estamos estudiando las nuevas instrucciones del servicio recién publicadas y de momento solo vemos contradicciones. Seguramente su única finalidad es tapar un nuevo recorte en las becas".