La configuración del acuífero del Vinalopó hace muy poco probable que la extracción masiva de agua agrave los efectos de un posible terremoto, como los investigadores han sugerido para el seísmo de Lorca (2011), que costó la vida de 9 personas y provocó 324 heridos.

La publicación de un estudio que vincula el «disparo» y la violenta propagación de la onda sísmica en el terremoto de Lorca a los cambios en el terreno provocados por la explotación masiva del acuífero del valle del Guadalentín ha desatado las alertas por la posibilidad de que un fenómeno similar se produzca en el Vinalopó o en el acuífero del Júcar en Albacete, únicos próximos en los que se registran descensos del nivel freático como los del valle de Lorca.

José Fernández, investigador del Instituto de Geociencias del CSIC-Universidad Complutense de Madrid y coautor del estudio publicado en la revista «Nature Geoscience», relaciona la subsidencia o hundimiento del terreno provocado por la explotación del acuífero con el «cómo» y el «cuándo» se produjo el terremoto de Lorca. Sin embargo, el propio Fernández, en declaraciones a Levante-EMV, aseguraba ayer que lo ocurrido en la localidad murciana «no puede extrapolarse a otros acuíferos, aunque estén igualmente sobreexplotados y próximos a fallas activas», como es el caso del acuífero del Vinalopó.

No obstante se mostró partidario de seguir investigando. «En el estudio hablamos de cosas que hace 15 meses no conocíamos. Se abre un nuevo campo de investigación y deberíamos profundizar en su conocimiento», manifestó.

Por su parte, Bruno Ballesteros, delegado del Instituto Geológico y Minero de España en la Comunitat Valenciana (IGME) recordó que el acuífero del Guadalentín se asienta en terrenos de relleno del Cuaternario mientras el del Vinalopó, donde se acumulan descensos de hasta un centenar de metros, es un acuífero calizo con características muy diferentes.

En el valle del Guadalentín donde se ubica Lorca, el terreno ha ido hundiéndose y al mismo tiempo compactándose debido a la extracción masiva de agua que ha hecho descender en 250 metros el nivel del acuífero desde 1960. Ademas, las extracciones han liberado toneladas de Co2 que al dejar espacios libres también han contribuido a la subsidencia.

José Fernández y Pablo J. González, investigador principal del trabajo, demostraron previamente que el valle del Guadalentín registraba el récord de hundimiento en el mundo con una velocidad de subsidencia de 10 centímetros al año frente a otras más conocidas en ese momento como la de la ciudad de México o Bangkok (2 cm/año). Desde 1990, el nivel del terreno habría bajado dos metros en Lorca según lecturas realizadas por sensores desde un satélite.