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El estallido de la burbuja inmobiliaria a partir de 2007 redibujó el paisaje de la Comunitat Valenciana con cientos de urbanizaciones abandonadas, o casi, bloques de viviendas sin terminar, proyectos urbanísticos olvidados por falta de financiación o quiebra de las promotoras y zonas de servicios vacías. Un nuevo escenario de barrios y residenciales «fantasma» fruto de la crisis inmobiliaria.

L'HORTA

Torrent: «Es extraño estar solo con tu hijo en una zona infantil»

El sector IV de Rafelbunyol fue la gran apuesta urbanística del gobierno local del PP. Las obras empezaron en 2008, cuando la crisis económica empezaba a rendir cuentas, y han sido pocas las empresas y particulares que han decidido invertir en la zona. Tanto es así que a día de hoy en este sector sólo hay una veintena de viviendas habitadas y muchos solares llenos de rastrojos. Tal como reconocen los dueños, vivir rodeados de terrenos vacíos no era la idea que tenían cuando decidieron construir o comprar sus hogares. Eso sí, pese a que el proyecto de urbanización está terminado —las calles están asfaltadas, las alcantarillas funcionan y las acometidas de luz y las farolas están preparadas—, los pocos residentes que ya viven en el sector IV están conectados a la luz auxiliar de obras.

En el Vedat de Torrent, la prolongación de las áreas de Santo Ángel y Santa Apolonia, donde se proyectaron un bulevar y 400 viviendas, es hoy una urbanización fantasma, donde las estructuras de las casas inacabadas y los solares conviven con líneas eléctricas de suministro, avenidas urbanizadas e incluso zonas de juegos que no utiliza nadie actualmente. Del total de fases que se planificaron en una amplia zona de más de 200.000 m2, sólo se construyó la primera y todavía quedan viviendas en venta.

Los vecinos aseguran que «en ocasiones da miedo llegar aquí por la noche porque nos sentimos en medio de la nada». Algunos recuerdan que «no era esto lo que nos vendieron cuando compramos las casas» y lamentan haber pagado «un dineral» cuando ahora se ofrecen a mitad de precio. «Es una sensación muy extraña estar tú solo con tu hijo en la zona infantil».

LA COSTERA

Saquean 18 adosados de l’Alcúdia que nadie quiere comprar

En la urbanización iniciada por Llanera, SL en el sector del Batán de Aparicio, en l'Alcúdia de Crespins, se levantaron una veintena de adosados, pero a día de hoy, tan sólo dos están habitados. La promoción está «maldita» desde el principio. Cuando la urbanizadora entró en concurso de acreedores, subrrogó las obras a otra constructora que también terminó abandonando los trabajos por problemas económicos. Una entidad financiera asumió el remate de la promoción (terminada en 2010) y ahora es la encargada de la venta de las viviendas.

Mientras tanto, los pocos residentes denuncian el abandono de las zonas ajardinadas y los saqueos continuos. Los vándalos han roto cristales y sustraído sanitarios, encimeras y parte de la carpintería del interior de las casas vacías y sin estrenar. Sólo en l'Alcúdia de Crespins (4.500 habitantes) se estima que existen unas 300 viviendas nuevas vacías o en venta.

Tras la liberalización de suelo con el nuevo PGOU de 2000, Xàtiva redujo notablemente el espacio necesario para construir en la zona de Bixquert (chalés y segundas residencias). Ello, además de favorecer la edificación dispersa, hizo surgir las primeras urbanizaciones. En la partida El Mistero, en varias fases, estaba prevista la construcción de hasta 200 unifamiliares y adosados. La zona está completamente reparcelada desde 2003.

LA SAFOR

Gandia realoja a 30 familias tras la paralización de 104 viviendas

En la comarca de la Safor el barrio de Simancas en Gandia y la urbanización Balcón del Mar de Xeresa suponen los ejemplos más claros de la incidencia de la crisis sobre la construcción. Las obras del conocido como barrio de Simancas preveían la construcción de 104 viviendas y aparcamiento subterráneo con capacidad para 350 plazas. Actualmente el proyecto se encuentra parado después de que la empresa que llevaba a cabo su construcción, Coesmi, entrara en concurso de acreedores. Desde que se iniciaron las obras, en febrero de 2011, alrededor de 30 familias están realojadas en otras viviendas y reciben 500 euros al mes de parte del consistorio.

Desde la misma carretera que conduce a Gandia, en Xeresa, se puede ver lo que iba a ser la urbanización «Balcón al mar», un proyecto que preveía la construcción de 160 viviendas adosadas de lujo en la zona donde estaba ubicado el antiguo camping Caudeli, con una extensión de 156.000 metros cuadrados. La crisis provocó que muchos de los compradores que ya tenían firmado el contrato se echaran atrás y la promotora se vio obligada a parar las obras. El proyecto lo llevaba a cabo la promotora Key Vil V, cuyos socios eran varios bancos holandeses y de la que formaba parte el exjugador y exentrenador Johan Cruyff.

En el momento de la paralización estaba concluida la primera fase, formada por 86 apartamentos y empezada la segunda, con 79.

LA HOYA DE BUÑOL

Siete Aguas se queda sin hotel de lujo, 650 casas y campo de golf

En Siete Aguas, el proyecto más emblemático que se ha quedado sin construir es el de Ríos del Belenguerón. Contemplaba más de 650 viviendas unifamiliares, hotel de cinco estrellas, centro comercial y de ocio y un campo de golf de 18 hoyos. En 2008, el promotor paralizó el proyecto cuando el ayuntamiento se negó a dar las licencias para que pudiera vender las viviendas, salvo que estas se entregaran por fases completas. La cancelación se saldó con la entrada en concurso de acreedores de la empresa constructora. En Chiva los casos se restringen a promociones sin acabar. En una de ellas, en el PAI San Miguel, también existen problemas entre el ayuntamiento y una urbanizadora, que dice sentirse discriminada porque el consistorio no les concede las licencias de ocupación.

CAMP DE MORVEDRE

El PAI Fusión de Sagunt se queda con sólo dos bloques de edificios

El conocido como PAI Fusión de Sagunt, con el que el anterior gobierno del tripartito pretendía conectar los dos núcleos de la localidad, cuenta ahora mismo con solo dos fincas de edificios rodeadas de parcelas vacías en las que, tras el estallido de la burbuja inmobiliaria, no se tiene previsto construir nada.

Como relataba a Levante-EMV una de las vecinas que residen allí: «Compramos la vivienda porque nos resultaba mucho más económico que adquirirla en cualquier otra zona de la localidad y estamos contentos con el piso que compramos, que además era subvencionado, pero la verdad es que estamos en medio de la nada aunque contamos con todos los servicios públicos necesarios».

LA RIBERA

La ciudad jardín para ancianos de Càrcer sigue a la espera

El PAI La Besana Golf, de l’Ènova, saluda a todos cuantos pasan cerca de este municipio, por carretera o por tren. Casas ya concluidas, bungalows a medio hacer y estructuras de viviendas se pueden observar las distintas fases de construcción. La promoción anunciaba 82 viviendas, de ellas sólo 30 están acabadas.

En Aldea Mayor, un guardia jurado se encarga de custodiar la docena de casas acabadas. Esta urbanización de Càrcer se proyectó como una ciudad jardín para ancianos con 350 viviendas, pero sólo hay acabadas una o dos manzanas.

En las poblaciones pequeñas de la Ribera Baixa, la expansión urbanística de los años del «boom» inmobiliario no ha dejado ninguna urbanización fantasma al uso dado que, en términos generales, el crecimiento fue moderado. En Favara, unos 60 adosados ubicados en la entrada del municipio presentaron durante años un aspecto desolador al no estar concluidos debido a los problemas económicos de la constructora. La suciedad se apoderó de ellos y fueron saqueados.

LA MARINA ALTA

Dénia pone fin al calvario del residencial «La Siesta»

En la Marina Alta es habitual ver alguna finca donde el único inquilino es un vigilante de seguridad que, apostado normalmente en el portal, cuida de que nadie entre en el edificio. Pero si hay un caso paradigmático del calvario que sufren los vecinos en una zona residencial que la crisis ha dejado a medias es el de «La Siesta», en Dénia. Precisamente, esta semana el ayuntamiento ha adjudicado las obras (unos 350.000 eruros) para acabar la urbanización ejecutando el aval que había depositado la promotora.

Información elaborada por:

S. Gómez, A. Garzó, V. Contreras, t. j.,

s. v., L. Sena, J. Ferrer. A. F. Fresno,