En la ciudad de Valencia existen varios barrios fantasma donde la crisis inmobiliaria lo ha dejado todo a medio hacer. Los más llamativos son Benicalap Norte, Moreras y Sociópolis donde hay proyectadas más de 6.000 viviendas de las que sólo se ha ejecutado una parte. Los vecinos que viven en estos nuevos barrios se quejan por la falta de equipamientos sanitarios y educativos, por los servicios municipales de limpieza que no llegan, así como por el aislamiento derivado de la ausencia de transporte público.

Los bajos comerciales de las promociones que se han acabado están en su mayoría sin uso y las malas hierbas y matorrales que proliferan por los solares destinados a más pisos o a equipamientos públicos que no se han construido agravan la imagen de desolación.

El desarrollo del sector de Benicalap Norte, adjudicado a Lubasa, prevé 1.277 viviendas, de las que se han ejecutado algo más de la mitad. Entre las que hay pendientes figuran varios bloques de unifamiliares de lujo cuyos solares abandonados y degradados son visibles desde la ronda norte.

Otro de los barrios fantasma de Valencia es Sociópolis, un moderno barrio diseñado hace una década por el arquitecto Vicente Guallart sobre 38 hectáreas de huerta de la pedanía de la Torre. De las 3.100 viviendas previstas en un principio, sólo se ha ejecutado el 15 %. Los 400 vecinos que viven en la zona se quejan con razón de aislamiento y falta de servicios. Los vecinos no tienen supermercados, colegios o médico.

Algo similar ocurre en el sector de Moreras, el barrio que empezó a construirse al lado del circuito urbano de Fórmula 1, donde se proyectaron 1.800 viviendas de las que apenas se han ejecutado cinco promociones.