El fiscal del Tribunal Supremo Manuel-Jesús Dolz Lago, fiscal coordinador de Menores de la Fiscalía del Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana entre 1995 y 2005, acaba de publicar un ambicioso libro que repasa la historia del Ministerio Fiscal desde 1883 a 2011 a través de los cincuenta fiscales que firmaron las memorias anuales desde su origen. Desde Trinitario Ruiz Capdepón, cuyo mandato abarcó de 1882 a 1884, hasta el fiscal general del Estado Cándido Conde-Pumpido, quien dirigió el Ministerio Fiscal de 2004 a 2011.

La obra, titulada La fiscalía desde sus élites y publicada en formato electrónico por el autor, pretende dar a conocer «la pequeña historia de aquellos que dirigieron la institución desde aquella época hasta la actualidad», explica el autor en el prólogo.

El rosario de curiosidades rescatadas y sistematizadas por Dolz Lago es interminable. Por ejemplo: el fiscal más joven en acceder al cargo fue Eugenio Silvela y Corral en 1903 con tan sólo 37 años y estuvo tan sólo cinco meses. El más mayor en este acceso fue Juan de la Concha Castañeda, con 71 años en 1890. Por su parte, el mandato más prolongado fue el de Manuel de la Plaza Navarro, durante diez años y un mes (1945-1955) y los más breves, de sólo 4 meses.

El fiscal del tribunal Supremo destaca, como rasgo común a los 50 fiscales analizados, «la presencia de dinastías familiares en el sector». «Es destacable que de los diez últimos fiscales generales nombrados, durante la etapa de la Monarquía constitucional, cinco de ellos han tenido un antecedente familiar jurídico», subraya. Otra de las conclusiones que arroja el estudio es la vinculación mayoritaria de los fiscales analizados con círculos del poder político, lo que se acredita porque «muchos de los fiscales fueron ministros de los Gobiernos de turno». También muchos de ellos fueron «gobernadores civiles, diputados, senadores, fundadores o miembros activos de partidos políticos o formaciones políticas (en la dictadura franquista) o de asociaciones profesionales (en nuestra etapa constitucional)», señala Manuel-Jesús Dolz Lago en el libro.

En la introducción inicial, el exfiscal de Menores del TSJ valenciano expresa su deseo de que que este libro ayude al lector a «comprender mejor a la Fiscalía y valorar su trabajo secular en defensa de la legalidad, que en nuestro Estado social y democrático de Derecho es tanto como decir en defensa de los derechos y libertades públicas de los ciudadanos. En opinión de Dolz Lago, ésa es «la verdadera esencia de la misión que el artículo 124 de nuestra Constitución de 1978 asigna al Ministerio Fiscal, con independencia de su controvertida historia y polémico papel en el clásico esquema político de división de poderes, en el que se desenvuelve al servicio del pueblo, del que emanan todos los poderes del Estado».

Recaudación para la Luis Amigó

El libro nació, en un principio, como un encargo de la Unidad de Apoyo de la Fiscalía General del Estado. Al final, el proyecto no fructificó a nivel institucional, pero Manuel-Jesús Dolz Lago, antiguo profesor de la Universitat de València y del CEU, quiso continuar con este retrato de la cúpula de la Fiscalía a lo largo de casi siglo y medio y publicar el trabajo como libro electrónico. La recaudación del libro irá a parar a la Fundación Luis Amigó, una obra de protección a la infancia de origen valenciano.