El "Estudio Metodológico de la descarga de agua subterránea desde un acuífero kárstico en el Mediterráneo occidental" no habla del río Bergantes, donde descargan a través de manantiales como el de la Font Calent una parte de los acuíferos del Maestrazgo. Son al menos 19 hectómetros cúbicos que junto a otras aportaciones engrosan los 50 millones de metros cúbicos que el territorio valenciano aporta de forma "visible" al Ebro. La investigación, ajena obviamente al argumentario político, ha tratado de averiguar qué ocurre bajo tierra y, sobre todo, bajo el mar. Y ahí surgen los problemas.

Las pistas las ofrecen el potencial de los pozos abiertos en las planas de Vinarós-Peñíscola y las fuentes o surgencias que existen en tierra, aunque por poco... Las más conocidas son la de Les Fonts de Alcossebre, que surgen en la playa del mismo nombre en medio de la arena aportando 2,83 hm3 de media anual, y la de la Font de Dins, en Peñíscola, capaz de liberar 20 hectómetros cúbicos en un año (septiembre 2007-septiembre 2008). Otras surgencias de agua menos conocidas se sitúan en las playas de Russo y Cargador, en el parque natural de la Sierra de Irta. En todo caso, las salidas conocidas del acuífero son una parte mínima de su potencial, estimado en unos 400 hm3 año.

Para lo no visible, los científicos aprovecharon la diferencia de temperatura entre el agua que surge de las profundidades de la tierra y la más cálida agua del mar. En trayectos similares realizados de día y de noche es posible apreciar a través de imágenes del infrarrojo térmico este contraste e identificar dónde hay una descarga (Torre Badún, Peñíscola, etc). Sin embargo los problemas surgen cuando la descarga es tan profunda que permite al agua fría subterránea mezclarse con el agua del mar. Las pistas aquí desaparecen.

Sin embargo existen otros métodos de investigación: El gas radón Rn222 aumenta donde hay una descarga de agua subterránea y la salinidad disminuye. La realización de medidas continuas de ambos parámetros desde el buque García del Cid permitió el descubrimiento de nuevos afloramientos como el ya citado en la playa de Alfacs o el situado a casi 3 kilómetros de la costa entre Torre Badum y Torre Nova, también frente a la costa de Irta.