El pleno del Consell autorizó el viernes pasado una nueva ampliación de capital en la empresa pública de la Ciudad de las Artes y las Ciencias por valor de 42 millones de euros. Se trata, según confirmaron fuentes de la Conselleria de Cultura, de una operación habitual y que se repite de forma anual con el objetivo de evitar el desequilibrio financiero de la firma.

Las mismas fuentes apuntaron que esta aportación para ampliar capital se realiza desde 1999 como consecuencia del crédito sindicado que en su día suscribió Cacsa para la construcción del complejo de ocio. La Generalitat, como socia mayoritaria de la firma, está obligada a realizar esta contribución financiera. Cacsa, al igual que la mayoría de empresas públicas, atraviesa una situación económica complicada. Tampoco en 2012, que está apunto de finalizar, Cacsa ha logrado los ingresos que preveía su presupuesto por la venta de las parcelas donde estaban previstas las torres de Calatrava. La operación está contemplada de nuevo en los presupuestos de 2013 y al Consell le sirve para cuadrar las cuentas, ya que es consciente de la dificultad de que la venta llegue a buen puerto.

Según la resolución, el Consell ha decidido ampliar el capital social de Cacsa en 42.144.000 euros, mediante la emisión de 10.536 nuevas acciones nominativas de 4.000 euros de valor nominal cada una de ellas. En concreto, 21.072.000 euros se realizarán mediante aportaciones dinerarias en efectivo en el momento de la adopción del acuerdo, y el resto de la cantidad, 21.072.000 euros, será desembolsada mediante una aportación dineraria en efectivo antes del 31 de diciembre de 2012. "Consecuentemente, una vez que el aumento de capital sea íntegramente suscrito y desembolsado, el capital social será de 531.708.000 euros, dividido en 132.927 acciones nominativas, de 4.000 euros de valor nominal cada una de ellas, pertenecientes a una única serie y clase y numeradas correlativamente de la 1 a la 132.927", establece la resolución.

Fuentes del departamento que dirige Dolores Johnson indicaron que esta inyección de capital corresponde a la anualidad de 2012 y que es inferior a otras ampliaciones de capital de ejercicios pasados como consecuencia de la política de ajustes.

Con todo, la operación se produce al mes de que Cacsa haya aplicado un ERE que ha supuesto el despido de 141 empleados y en puertas del proceso de privatización del complejo. La Ciudad de las Artes y las Ciencias está trabajando en la preparación de un concurso público para externalizar la mayoría de los edificios del complejo, a excepción del Agora y el Palau de les Arts. El pliego de condiciones todavía no está cerrado, aunque ya existen conversaciones desde hace tiempo con empresas privadas para ver qué posibilidades de éxito tiene el proceso. El Consell intenta revisar a la baja el contrato que Parques Reunidos tiene con el Oceanogràfic, el único edificio que da beneficios.

El Ejecutivo de Alberto Fabra intenta así soltar lastre en una de las empresas que ha sido santo y seña de la época de vacas gordas en la gestión popular. Se da la casualidad de que precisamente ayer entró en vigor el decreto de reestructuración del sector público que busca reducir las empresas y que prevé más de 3.000 despidos en la Generalitat.