José Manuel Vela no es un político al uso. Catedrático de Economía Financiera y Contabilidad, sus compañeros de partido no descartan que no pueda resistir la presión política y acabe renunciando al cargo. Pese a su larga trayectoria en la Administración valenciana, excepto en esta última etapa, Vela ha sido sobre todo, un técnico. Conoce a la perfección la conselleria de Hacienda en la que lleva años trabajando en la elaboración presupuestaria. Su solvencia está reconocida incluso por la oposición y es la que le llevó a sustituir a Gerardo Camps cuando el expresidente Francisco Camps decidió el relevo. Vela estaba a punto de hacer las maletas porque tenía decidido desde hace tiempo volver a la Universidad. Por responsabilidad, aceptó la propuesta de Camps y se empleó a fondo, ya con Fabra, en enderezar unas cuentas en situación de quiebra. En privado nunca ha ocultado que su objetivo no era hacer carrera política y que cuando el presidente lo deseara o la situación de las finanzas se normalizara volvería a su cátedra. Durante estos meses ha sufrido a nivel personal la extrema fragilidad de la hacienda autonómica con decenas de colectivos en situación desesperada por los impagos. Una empatía con los damnificados de la crisis que no es moneda corriente entre políticos.

Su inexplicable error le está afectando personalmente. Su pesadumbre era evidente el pasado jueves en las Corts. En los últimos días ha consultado con compañeros de partido ante una situación a la que no está acostumbrado. En su dilatada carrera no hay borrones que hayan puesto en tela de juicio su ética. De ahí que la mayoría no acierten a comprender cómo pudo cometer este desliz, sobre todo con Blasco. Hay unanimidad en que si Fabra decide sacrificarlo, Vela no se aferrará al cargo.

La oposición exige la dimisión

Por su parte, el secretario general del PSPV, Joaquim Puig, censuró ayer que Fabra "no es que no esté luchando contra la corrupción sino que está avalando y protegiendo a los corruptos a través de la utilización de los poderes de la administración". Calificó de "terrible" que la "Generalitat se persone en un caso, como acusación particular, para acabar prostituyendo su papel allí". "Estamos en una situación de emergencia económica, moral, ética y política y no podemos aguantar ni un día más ni a Vela, ni este Consell", aseguró.

Para el portavoz adjunto de EU Ignacio Blanco, Císcar no acierta a dar una respuesta válida a aquello que todo el mundo ha visto y mantuvo que si Vela no dimite,es Fabra quien tiene que cesarlo fulminantemente, porque si no lo hace se convierte en cómplice de encubrir una presunta y flagrante ilegalidad".