Dos años después de la puesta en marcha del nuevo hospital La Fe de Valencia, el centro sanitario ha comenzado a implantar un sistema para identificar a su personal y controlar el acceso de los trabajadores a determinadas áreas. Se trata de una tarjeta con un microchip incorporado que limita el acceso de los trabajadores a sus zonas de trabajo.

Las áreas que se pretende blindar son la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), reanimación, los quirófanos, almacenes de farmacia, salas de laboratorio y almacenes generales. Es decir, zonas de especial sensibilidad por motivos de higiene y asepsia o por la importancia de los materiales que contiene.

De momento, la Fe trabaja en un programa piloto con 300 empleados para incorporar el nuevo sistema gradualmente, aunque los informáticos ya funcionan con estas tarjetas desde la apertura del hospital para acceder a los armarios de informática. El objetivo es extenderlo poco a poco al total de trabajadores del centro, unos 5.000.

La labor más costosa de este proceso es tener a todo el personal identificado. Y es que dentro de la elevada población laboral de la Fe hay trabajadores que van incorporándose, sustituciones o empleados que cambian de zona.

Aunque el tamaño del centro ha hecho imposible evitar episodios de robos en los vestuarios, según apuntan algunos trabajadores, fuentes del hospital indican que es un plan previsto desde el principio. En su momento se presentó el sistema de seguridad como uno de los más avanzados del mundo. Se licitó por 2,9 millones e incorporaba un circuito cerrado con 742 cámaras y los lectores que permiten restringir el acceso.

Coste reducido

De hecho, la Conselleria de Sanidad no tendrá que hacer una nueva inversión económica, más allá de los costes y la implantación de las nuevas tarjetas. Las balizas para las puertas ya estaban instaladas en el diseño de seguridad inicial, aunque no se utilizaban.