Hemorragia de votos (151.846 menos en las autonómicas de 2011 que en las de 2007), pérdida de militantes (9.000 bajas desde 2008); síntomas de depresión en los cargos públicos y especialmente en los afiliados que somatizan las derrotas que se van concatenando en la Comunitat Valenciana desde 1993 y, en los últimos meses, en toda España; inadaptación al medio „falta de presencia en las redes sociales„; problemas de personalidad múltiple (de discurso y programa).... Son sólo algunos de las alteraciones que dibujan el cuadro clínico de un PSPV cuyo estado de salud reviste máxima gravedad.

Lo admite la propia dirección en un informe interno del área de organización, que dirige Alfred Boix, para confeccionar una estrategia de reanimación bautizada como «Plan de modernización y coordinación del PSPV. Ara PSPV». La terapia pretende muscular la organización y darle proyección de cara a las elecciones de 2015 para recuperar el espacio perdido (siete puntos en las últimas autonómicas, cuando se despeñaron hasta el 28,2%). El plan se sustenta sobre ocho ejes. El principal pasa por recuperar a los más de 9.000 militantes que han desertado y captar nuevos afiliados para doblar el censo, actualmente por debajo de los 18.000 afiliados. «Para construir el proyecto de ser alternativa de gobierno necesitamos duplicar la militancia», se apunta en el documento.

Para ello, se creará una Oficina de Atención al Militante (OAM), que pondrá en marcha una campaña 1+1, con bonificación de cuotas. «Que nadie deje de militar por problemas económicos», es la máxima. El afiliado que incorpore a un militante, verá rebajada su cuota mensual de 7,5 a 5,40 euros; si convence a dos, pagará 4,25 y si capta a tres o más, 3,80 euros al mes. La OAM gestionará primero el regreso de los últimos que causaron baja, los que se han ido en 2012. De julio a septiembre de 2013 se intentará convencer a los que abandonaron el partido en 2009. La imagen y mensajes (al estilo de «militar en el PSPV cuesta 7,5 euros, no hacer nada sale caro») de la campaña se están ultimando.

Además de la militancia convencional, se activará un censo de ciberafiliado que se considera clave para el despliegue de una estrategia de comunicación en las redes sociales, de la que el partido adolece. De entrada hay que tener mensaje. «El PSPV ha de emitir un mensaje único y coordinado», lo que requiere, advierte el informe, una «coordinación de las estructuras, nombrar un responsable de comunicación en cada agrupación» y que todos los cargos estén «informados de la posición del partido en cada tema». Se dispondrá una base de datos en una intranet accesible «24 horas los 365 días del año». «Muchas veces los cuadros del partido se encuentran en situaciones en las que deben defender una posición (...) y no cuentan con argumentarios sobre la posición del partido», se admite en el plan de recuperación del PSPV. Para que sepan «qué pensamos, qué planteamos», se ha desarrollado una aplicación informática para acceder a los informes.

Difícilmente puede funcionar la comunicación social e incluso la interna cuando la estructura de mando del PSPV solo dispone del 37% de los correos electrónicos de los militantes y tiene controlados el 50% de los teléfonos móviles de sus propios afiliados, según se reconoce en el plan de reflotamiento.