Tareas de albañilería, electricidad, carpintería, limpieza, reparto de alimentos, recogida de enseres, pintura, tareas administrativas, mudanzas, ayuda a personas mayores... Las personas condenadas a realizar trabajos en beneficio de la comunidad para evitar su ingreso en prisión deben cumplir su pena a base de jornadas de trabajo de cuatro horas. Sin embargo, las sentencias se multiplican y los trabajos que deben realizar, escasean. Por ello, el centro penitenciario de Picassent ha decidido impulsar esta iniciativa para que cualquier colectivo, particular o entidad solicite estos servicios. Incluidas las parroquias.

Y es que sólo algunas administraciones públicas gestionan estos trabajos mediante convenios de colaboración, y el centro penitenciario de Picassent precisa, de forma urgente, usuarios para estas penas alternativas, ya que la oferta supera con creces la demanda.

Por ello, desde la dirección del Centro de Inserción Social (CIS) de Picassent se pusieron en contacto con el secretariado de pastoral penitenciaria para ofrecer, también a las parroquias, colegios y comunidades religiosas, los servicios de colaboración que realizan las personas condenadas a realizar trabajos en beneficio de la comunidad. Los usuarios invertirán cuatro horas al día en la tarea asignada, que supervisa y designa la Administración Penitenciaria.

Desde el Secretariado Diocesano de Pastoral Penitenciaria de Valencia (Sepval) ya se han puesto manos a la obra y animan a parroquias, colegios y comunidades religiosas a solicitar estos servicios. "Este tipo de penas tiene la ventaja de ser una medida igualitaria que se cumple en libertad y evita, por tanto, la ruptura con la vida familiar, laboral y social del afectado, además de promocionar valores como la solidaridad, la responsabilidad y el bien común", explicó ayer el director del Sepval, Javier Palomares.

Es más, el responsable de la pastoral penitenciaria concretó que los reos podrán ofrecer "servicios de mantenimiento, administración, oficios varios como albañilería, carpintería y electricidad, entre otros, así como colaboración en programas de ocio, culturales, campañas de ayuda a personas mayores, enfermos y repar?to de alimentos y ropa".

Por partida doble

De esta forma, Palomares invitó ayer a las parroquias de Valencia a solicitar estos servicios, ya que el beneficio es por partida doble. "Por una parte, la parroquia o el colectivo privado o público se benefician de unos trabajos que le son necesarios y, por la otra, el centro penitenciario de Picassent puede dar salida a una serie de condenas que no encuentran demanda. La prisión arregla los convenios, elige a la persona que realizará los trabajos y supervisa los mismos. Además, este sistema ayuda a la reinserción y es muy positivo", concluyó Javier Palomares.