El verdugo de la actual Radiotelevisió Valenciana (RTVV) ya tiene nombre y rostro. Es Alejandro Reig de la Rocha, un veterano en puestos directivos de la Administración al que Presidencia de la Generalitat ha rescatado para asumir la patata caliente dejada por el dimitido José López Jaraba: firmar los despidos incluidos en el expediente de regulación de empleo (ERE) - 1.198, aunque ya se han producido 53 salidas de voluntarios y personal en excedencia- y culminar la liquidación de las tres sociedades actuales para que surja la nueva RTVV, a la que espera ya directora, Rosa María Vidal.

Reig tiene 64 años de edad, está a punto de la jubilación y su último puesto ha sido el de director de la Fundación de la Ciudad de las Artes y las Ciencias (Cacsa), ahora en extinción. Dar el tiro de gracia a la estructura actual de la televisión y radio autonómicas será así su último servicio a los superiores del Palau de la Generalitat.

Reig de la Rocha estuvo a principios de los años noventa, tras la alianza de PP y UV en el Ayuntamiento de Valencia, al frente de la empresa urbanística municipal Valencia Antiga SA.

En virtud del mismo pacto en la Generalitat -del pollo, se le llamó-, pasó a dirigir Valenciana de Aprovechamiento Energético de Residuos SA (Vaersa) cuando en la Conselleria de Medio Ambiente estaba el unionista José Manuel Castellá. En 1999, mientras el sol de los regionalistas se ponía, Alejandro Reig se iba de Vaersa con un portazo a causa del desacuerdo con el conseller por una campaña de publicidad.

Estuvo poco tiempo apartado de los despachos oficiales, porque en diciembre de ese mismo año el entonces conseller de Industria Fernando Castelló lo nombró director de otra empresa pública, Seguridad y Promoción Industrial Valenciana SA (Sepiva).

Reig, que en la empresa privada fue ejecutivo del Banco Urquijo y Pascual Hermanos, será nombrado mañana por el Consell de Alberto Fabra nuevo director general de RTVV, confirmó ayer Presidencia. Se calcula que tendrá trabajo durante unos dos meses, el plazo para ejecutar el ERE y liquidar.

Atención a la situación legal

Finalmente, el Ejecutivo autonómico ha tenido que buscar fuera de la plantilla de RTVV después de que el departamento jurídico tumbara la idea de dar poderes a un alto cargo de la empresa. La posibilidad, que se antojaba más lógica, de elevar de categoría al actual secretario general o a los directores de Canal 9 o Ràdio 9 también fue descartada: ni existía predisposición por parte de estos ni desborda la confianza en ellos en el Palau de la Generalitat.

No obstante, la solución adoptada puede no estar exenta de problemas legales. Habrá que ver si se espera al nombramiento del consejo de administración para que Reig firme despidos -ya se han aplazado los previstos esta semana-. Si se es escrupuloso, puede tardar más de un mes en tener el visto bueno del consejo, ya que en primera votación se necesita el apoyo de tres quintas partes y para la segunda -ya con mayoría simple- la ley dice que ha de transcurrir un mes. El Tribunal Superior de Justicia anuló en 2010 el nombramiento de Pedro García por saltarse el primer trámite y Jaraba llegó de la misma manera en 2009.

López Jaraba se despide de su equipo directivo y le pide fidelidad al sucesor

Tras varios días de ausencia, José López Jaraba apareció ayer por el centro de producción de programas de RTVV en Burjassot, donde se reunió con su equipo directivo para decir adiós a sus miembros, explicar que se va por razones personales "de peso" y argumentar que el embrollo generado por su renuncia no ha sido responsabilidad suya. Así lo explicaron algunos de los asistentes a este diario. El dimitido director general pidió asímismo a su equipo "fidelidad" con quien le suceda. Como el encuentro se produjo por la mañana, aún no se sabía que el elegido era Alejandro Reig.

Por otra parte, Intersindical sacó ayer la calculadora y subrayó que, si el nuevo "capo" llega para dos meses, se llevará, como máximo, 10.000 euros por los servicios prestados en RTVV. Como tiene hasta 1.198 despidos sobre la mesa, ello supone que cobrará 8, 35 euros por cada empleado que tire a la calle. Para el sindicato, no se trata de un director general, sino de "un mercenario". Y barato, dado lo que percibirá por cada salida, precisó en un comunicado. a. g. valencia