La Generalitat Valenciana ha invitado a los ciudadanos a participar en la elaboración de la nueva Estrategia contra el Cambio Climático para el periodo 2013-2020 que el Consell desarrolla para «mitigar» los efectos y facilitar la «adaptación al cambio climático».

Existe un motivo obvio para acometer el nuevo plan: el agotamiento del horizonte fijado por la anterior estrategia 2008-2012; una razón oficial: la adaptación a los nuevos compromisos adquiridos a escala de la Unión Europea y de España; y una razón real y es que las emisiones de Gases de Efecto Invernadero, responsables del calentamiento global del planeta y del Cambio Climático (GEI), han seguido creciendo casi constantemente llegando a superar hasta en un 84% las emisiones correspondientes al año base (1990), elegido como referencia para marcar los objetivos de reducción del Protocolo de Kioto.

La nueva Estrategia Valenciana contra el Cambio Climático, propone la adopción de 100 medidas destinadas a mitigar las fuentes de emisión y ampliar los sumideros de CO2 y dirigidas también a adaptar los sistemas naturales y humanos ante el «inevitable» Cambio Climático.

Trabajo pendiente

Según admite la conselleria de Infraestructuras, Territorio y Medio Ambiente, desde el año base o de referencia—1990— las emisiones agregadas de GEI en la Comunitat Valenciana han seguido «un perfil creciente».

Sin embargo—añade— entre 2008 y 2009 se produce un descenso de 16 puntos en las emisiones que se estabiliza después tras un nuevo repunte.

En términos absolutos, las emisiones de la Comunitat pasaron de 17.319 millones de toneladas de CO2 equivalentes en 1990 a 29.676 en 2010 (+71,34%), con un máximo en 2008 cuando se emitieron 32.265 millones de toneladas (+86,29%).

En términos relativos, la aportación de las emisiones de CO2 de la Comunitat Valenciana al conjunto del país pasaron de representar un 6,1% en 1990 a alcanzar el 8,3% en 2010.

El crecimiento de las emisiones al término del primer periodo de vigencia del protocolo de Kioto (+71,34%), contrasta con el compromiso de España de aumentarlas solo un 15% antes del 31 de diciembre de 2012.

La mayor contribución a las emisiones procede del sector del procesado de energía, que algunos años ha superado el 200% de las emisiones del año base. Si embargo, cabe explicar que en el año de referencia este sector tenía «un bajo nivel de representación» que se ha disparado en las últimas décadas «por los notables aumentos de capacidad productiva llevados a cabo en el sector del refino de petróleo— Castelló—y en el sector de la generación de energía».

En segundo lugar en aportaciones procede del sector de procesos industriales seguido del de tratamiento y eliminación de residuos, cuyas emisiones se han doblado en el periodo considerado.

En la Agricultura, las emisiones de GEI se han mantenido en niveles similares a los de 1990, lo que contrasta con el aumento del 7% experimentado en España.

La lectura «optimista»

Pese a que los datos absolutos arrojan resultados muy negativos, la Generalitat prefiere valorar las emisiones en relación al número de habitantes. Fuentes de la conselleria aseguran en su informe que este método «posibilita la comparación con otros territorios» y responde al hecho objetivo de que las emisiones «son el el resultado asociado aunque no deseado de gran número de actividades humanas».

Así, teniendo en cuenta que a las cifras de emisión propias hay que sumar las generadas en la producción de energía que luego se consume en la Comunitat Valenciana—todavía deficitaria— y la redistribución entre la población «residente», la evolución de las emisiones per cápita ha sido decreciente para España y la Comunitat Valenciana en el periodo 2007-2010.

Dice la conselleria en su informe que el descenso «es consecuencia de varios factores, cuya contribución es difícilmente cuantificable», pero entre los que menciona «tanto el actual contexto socioeconómico»—crisis— «como las actuaciones realizadas en el marco de la anterior Estrategia Valenciana».

Los derechos de emisión permiten ingresar 25 millones

Uno de los mecanismos para avanzar en los objetivos del Protocolo de Kioto es el comercio internacional de emisiones. Cada país dispone de unos derechos de emisión de toneladas de CO2 que distribuye (Plan Nacional de Asignación) entre instalaciones identificadas en las que es posible cuantificar el volumen real—contrastado— de sus emisiones. El comercio de estas emisiones estaba destinado a incentivar la producción limpia mediante mejoras en los procesos industriales que permiten «ahorrar» primero y vender después los derechos de emisión sobrantes. El sistema ha sido cuestionado y la Unión Europea ya ha propuesto una reducción sustancial de estos derechos. En la Comunitat Valenciana hay 97 instalaciones que entran dentro del Plan Nacional de Asignación, aunque a partir de enero, el número se amplia hasta 193. Representan el 30% de las emisiones de C02 de la Comunitat Valenciana y no están directamente afectados por la Estrategia Valenciana contra el Cambio Climático, que se centra más en los sectores donde se produce la contaminación «difusa». La mayoría pertenecen a la industria cerámica, instalaciones de combustión, fabricación de tejas y ladrillos, etc. lo que determina que 152 de las 193 instalaciones identificadas se encuentren en Castelló.

Desde que en el año 2005 comenzó la aplicación del sistema de compraventa basado en los derechos de emisión, las instalaciones valencianas del Plan Nacional de Asignación han emitido por debajo de las previsiones, beneficiándose de la venta de derechos fruto de la diferencia entre lo asignado y lo realmente emitido. Todos los años se ha producido este excedente que ha oscilado entre el 4% de 2005 y el 30% de 2011. En ese año, la diferencia fue de 3.288.356 toneladas de CO2 valoradas en 24,89 millones de euros que, dice la conselleria, «han podido constituir un apoyo para el sector industrial de la Comunitat.