"¿Por qué tengo yo que adelantar todos los meses 22 euros míos y otros 22 de mi esposa a la Administración?". José María Taberner Palop, un pensionista de la ciudad de Valencia, no encuentra respuesta ni razones al hecho de que mes tras mes, con su exigua pensión de 759,13 euros con los que se mantienen él y su mujer, se convierta en un financiador obligado de la Administración autonómica. Por sus ingresos anuales, a José María solo le correspondería pagar 8 euros de aportación farmacéutica máxima al mes, pero tiene que abonar hasta 30 que es la cuantía tope que la Conselleria de Sanidad fijó para todos los pensionistas, así les corresponda pagar 8 euros al mes como 18.

Sanidad indicó que lo que paguen de más se les reembolsaría trimestralmente, sin embargo eso no ha ocurrido ya que hasta finales de noviembre José María no cobró los 49 que abonó de más durante julio, agosto y septiembre.

"Con la pensión que cobro no puedo adelantarle cada trimestre a la Administración 180 euros de mi esposa y míos (a razón de 30 al mes por dos personas y por tres meses)", expresa indignado José María que le parece un sinsentido que los pensionistas sean los que anticipen el dinero al Estado.

El, como otros muchos jubilados y farmacéuticos, sostiene que este nuevo techo de aportación de copago farmacéutico que se implantó en la Comunitat Valenciana (y en Cantabria y Murcia) es un mecanismo de financiación encubierta. "Manejan y rentabilizan nuestro dinero que son muchos millones durante cinco meses, porque el primer reembolso llegó hace un mes", declara José María que ya acudió a la Dirección Territorial de Sanidad a elevar su queja. Solo cuando ha abonado más de 30 euros de copago, en el ticket de la farmacia aparece que el siguiente medicamento será de "aportación cero". Mientras tanto, lo que aparece es lo que falta hasta llegar a los 30 euros.