Jóvenes que se han quedado sin plaza en los escasos módulos de Cocina en la Formación Profesional, licenciados en Derecho, ingenieros o arquitectos técnicos que no encuentran trabajo, desempleados de larga duración sin formación o con carreras universitarias... Así hasta más de medio millar de parados, desde los 18 hasta los 50 años y más, acudieron ayer al Centre de Turisme (CDT) de la Generalitat en Valencia con el sueño de salir de la «olla» del paro a través de los fogones de las cocinas de bares, restaurantes y hoteles.

El pasaporte con el que aspiran a encontrar trabajo es una de las 20 plazas del curso de cocina gratuito que, tras completar 810 horas (9 meses de lunes a viernes y de 9 a 16.30 horas) de formación teórica y práctica, ofrece el certificado de profesionalidad que exige cualquier establecimiento hostelero para contratar a un cocinero.

El 75 % trabaja tras el curso

Sólo uno de cada 26 aspirantes logrará el objetivo de participar en este curso de formación, cuya tasa de inserción laboral supera el 75 %. El director de esta red pública formada por siete centros, Javier González, explica que en 2012 ofrecieron 6.800 plazas en los cursos gratuitos de capacitación como cocineros y ayudantes de sala (camareros), 2.100 más „la mitad de ellas en Valencia „ que el año anterior. Sin embargo este crecimiento no ha sido suficiente para una demanda que se ha triplicado. «Ojalá pudieramos ofertar más plazas, pero la capacidad de las aulas de cocina y del restaurante para prácticas es limitada», lamenta González. «El Consell ha mantenido el presupuesto para formación del CDT, con el mandato de que aumentemos los cursos para parados y vamos a desdoblar el de cocina para pasar a 40 plazas», añade.

González explica que el perfil de los alumnos ha cambiado con la crisis: «Antes estaban entre los 17 y los 25 años, y ahora la media de edad supera los 40». «La mayoría „continúa„ no tiene experiencia en la cocina y vienen de todos los sectores. Entre nuestros alumnos tenemos arquitectos técnicos, psicólogos, hasta un exdirector general de una constructora que quería abrir su propio restaurante o un escolta en el País Vasco que se quedó en el paro tras el fin del terrorismo».

La prueba de selección que deben pasar los aspirantes al curso consiste en un test psicotécnico básico, «muy sencillo y con preguntas lógicas», según varios participantes, con el fin de establecer una nota de corte. El objetivo es seleccionar al 25%, unas 130 personas, a las que se realizará una entrevista personal. El director del CDT explica que la entrevista es la clave: «Ofrecemos una preparación y una formación completa que es una oportunidad para salir del paro y lo único que pedimos al alumno es compromiso y ganas de hacer las cosas bien».

Este curso comenzará el 28 de enero, al igual que el de camarero para el que se han inscrito 275 personas para 20 plazas.