El pleno del Consell aprobó ayer la puesta en marcha de un plan de revisión y diagnóstico de la estructura de todos los centros educativos públicos de la Comunitat Valenciana para "detectar posibles deficiencias". La medida, adoptada con carácter de urgencia, se decidió tras el incidente ocurrido un colegio de Santa Pola (Alicante) donde cedió parte del suelo de un aula provocando una decena de heridos leves. El Consell, que casualmente se había desplazado a Alicante para su reunión plenaria de los viernes, trató de lanzar un mensaje de tranquilidad sobre el estado de las infraestructuras escolares al comprometerse a revisar todos los centros escolares de la Comunitat Valenciana, si bien tendrán prioridad aquellos más antiguos. El vicepresidente del Consell, José Císcar, indicó que el objetivo es prevenir que se repitan accidentes como el del colegio de la Hispanidad de Santa Pola. Nueve niños y una profesora de cuarto de Primaria resultaron heridos, ninguno de ellos de gravedad.

Aunque los afectados se encuentran bien, el incidente de Santa Pola asesta otro duro golpe a la imagen de la Comunitat Valenciana y pone en solfa los planes de inversión en infraestructuras educativas. No es la primera vez que es noticia el deterioro o los fallos de construcción colegios valencianos. El pasado lunes los alumnos del colegio público Luis Vives de Valencia regresaron a clase tras las vacaciones de Navidad sin que la Conselleria de Educación haya reparado los falsos techos que se vinieron abajo en noviembre y diciembre pasados en un aula y en los cuartos de baño. Educación eludió entonces adoptar medidas para inspeccionar colegios.

Durante su comparecencia, Císcar indicó que la conselleria no tenía constancia de ninguna reclamación ni aviso formal de que se hubieran detectado problemas en este centro alicantino, por lo que calificó el desplome del suelo como "un incidente, un suceso totalmente imprevisto". Fuentes del Consell indicaron que tanto personal técnico de la Conselleria de Economía como arquitectos de la extinta Ciegsa trabajarán en el plan de revisión.

Rozando la tragedia

Nueve escolares entre los nueve y los diez años de una clase de cuarto de Primaria del colegio Hispanidad de Santa Pola tuvieron ayer que recibir asistencia sanitaria como consecuencia de las heridas sufridas al hundirse parte del suelo del aula en la que se encontraban. Los hechos ocurrieron minutos después de que los escolares entraran a clase, en torno a las 9.10, cuando, de repente, el suelo cedió bajo sus pies y diez alumnos con sus correspondientes mesas y sillas se precipitaron al subsuelo, cayendo a una profundidad de más de metro y medio. Inmediatamente, y en medio de una polvareda impresionante, la profesora que había en la clase -y que también tuvo que recibir asistencia médica debido al estado de nerviosismo que presentaba- y personal del centro que oyó el estruendo comenzaron sacar a los pequeños del agujero uno a uno. En el momento en el que se produjo el hundimiento, 19 escolares se encontraban el aula siniestrada para dar comienzo a la clase.

Según los datos facilitados por los bomberos, la zona hundida ocupa una superficie de 35 metros cuadrados, aunque el socavón provocó una enorme grieta en las tres aulas contiguas, por lo que se estima que el área con riesgo de colapso equivale a unos cien metros cuadrados.

El impresionante socavón, que ocupa la mitad del aula afectada, se produjo al desplomarse el forjado interior del aula y las primeras hipótesis que manejan los técnicos municipales que acudieron de inmediato al lugar de los hechos indican que el origen del hundimiento podría estar en un problema de humedades que ha ido deteriorando la estructura del inmueble, ya que los primeros exámenes parecen descartar la existencia de aluminosis.

El colegio Hispanidad es uno de los primeros centros educativos que se construyó en Santa Pola y data de principios de los años 70.