El equipo del conseller de Sanidad, Manuel Llombart, ha recurrido a la plantilla de la Universidad Católica para buscar el relevo a la dirección del Centro de Investigación Príncipe Felipe (CIPF), tras destituir repentinamente ayer por la mañana a la directora gerente, Rosa Valenzuela, que fue nombrada por el exconseller Rosado el 11 de abril de 2012, que a su vez sustituyó al investigador Vicente Felipo, que fue designado director en septiembre de 2011. Valenzuela es la cuarta que cae desde que se inauguró el centro, en 2005.

La nueva responsable es Isabel Muñoz Criado, microbióloga y secretaria de la Facultad de Medicina y Odontología de la Universidad Católica de Valencia San Vicente Mártir, a la que seguirá vinculada como docente.

Muñoz Criado dirigió el Centro Superior de Investigación en Salud Pública de la Avenida de Cataluña de la conselleria desde su constitución hasta 2012, por lo que está muy próxima al actual secretario autonómico de la conselleria, Manuel Escolano, que ha sido director general de Salud Pública durante los últimos diez años.

La nueva directora del CIPF ha realizado estancias de investigación en la Universidad de California-Berkeley, Wisconsin y Florida y es máster de alta dirección del Instituto de Empresa.

La llegada de Muñoz Criado al Centro de Investigación Príncipe Felipe tiende un puente de plata a futuros convenios con la Universidad Católica, que no estaba en la lista de prioridades de la anterior directora, pese al interés de la institución de la Iglesia por hacerse con un hueco en el buque insignia de investigación del Consell que va a un promedio de director por año, si bien en menos de lo que dura un embarazo cambió tres veces de responsable en el puesto de mando: Carlos Simón, Vicente Felipo y Rosa Valenzuela.

Otras fuentes consultadas por Levante-EMV han apuntado que el nombramiento de una persona de confianza del secretario general y de un perfil científico "bajo", significa que el conseller se ha quitado de en medio un tema espinoso y de gran repercusión pública y que la conselleria cierra el grifo a más financiación.

"Lo único que sé es que estoy cesada y que no he tenido ni la oportunidad de poder explicar los proyectos que teníamos entre manos", declaró a este periódico la directora saliente que reconoció que estaba "rota" y que aunque el trabajo había sido muy intenso, con jornadas de 12 y 14 horas, volvería a hacerlo, "porque podíamos hacer que el CIPF saliera adelante a pesar de que se encontraba en una situación muy complicada y difícil cuando llegué".

Valenzuela lamentó no haber tenido la oportunidad de "dar la cara" a los miembros del patronato de la Fundación que gestiona el CIPF, que se enteraron a posteriori.

Los 600.000 euros de beneficios

En la presentación del último Plan Estratégico, la exdirectora declaró que en 2012 el Centro de investigación había conseguido unos beneficios de 600.000 euros, comentario que no cayó muy bien a la comunidad científica tras el ERE que dejó sin trabajo a más de cien empleados en noviembre de 2011.

Por otra parte y en declaraciones a la agencia Avan del Arzobispado, la nueva directora expresó que la "principal línea de actuación consistirá en realizar en la Comunitat Valenciana una investigación biomédica integrada con elevado grado de cooperación entre centros de investigación públicos y privados, centros asistenciales y universidades".

Su techo "es hacer investigación de primer nivel mundial".