Al menos un centenar de investigadores valencianos ha dejado la Comunitat Valenciana en los últimos 5 años por la falta de recursos para continuar su trabajo aquí y ha tenido que emigrar fuera de España, o a comunidades autónomas como Cataluña o País Vasco. Estos dos territorios autonómicos crearon antes de estallar la crisis económicas instituciones y fundaciones que apoyan económicamente la investigación y que captan especialistas de organismos y universidades de Galicia, Castilla-La Mancha, Cantabria y otras zonas del país.

El caso de Julio Pulido, científico del Centro de Investigación Príncipe Felipe de Valencia (CIPF), que fue despedido en 2011, y se acaba de trasladar al País Vasco para continuar sus proyectos, no es un ejemplo aislado. Pulido reconstruirá su equipo científico gracias al apoyo del Ikerbasque, la Fundación de Investigación Científica de Euskadi.

Sin embargo, la denominada fuga de cerebros de la Comuntat Valenciana continúa. Máxime cuando los recortes en las inversiones estatales y autonómicas se han cebado especialmente, en innovación y desarrollo, y especialmente con la ciencia. Otra acreditada investigadora, Pilar Planells, también despedida en el ERE de noviembre del CIPF, se ha llevado su investigación al Instituto Max Planck de Berlín.

Por su parte, el físico valenciano Pablo Jarillo-Herrero tiene 36 años y dirige desde hace cinco, un equipo de 20 científicos y estudiantes de Massachusetts Institute of Technology (MIT). En agosto de 2012, recibió el prestigioso premio Pecase, que se entrega en Estados Unidos, en una ceremonia que le permitió conocer al presidente Barack Obama y visitar la Casa Blanca. El curriculum académico de Jarillo es el mejor botón de muestra del éxodo que protagonizan cada año decenas de prometedores estudiantes valencianos. Licenciado de Física por la Universidad de Valencia, cursó estudios de posgrado en la Universidad de California, en San Diego, y obtuvo un doctorado en la Universidad Delft de Tecnología de Holanda.

Tras un año de post-doctorado en Delf, comenzó a trabajar en la Universidad de Columbia, en Nueva York, y luego se marchó al Departamento de Física del MIT, donde ha desarrollado, desde el 2008, la mayor parte de su investigación sobre el grafeno. Este físico lamentó, entonces, el que el sistema español sea menos meritocrático que el estadounidense y que muchas veces sea difícil prosperar si uno "no tiene padrino".

No menos prestigio acumula Ana López, presente en una protesta de investigadores que reclamaba en diciembre más recursos a la Generalitat Valenciana. La especialista del Instituto de Biología Molecular y Células de Plantas se irá a inglaterra con un contrato de 5 años porque aquí las posibilidades son casi nulas. No en vano, la financiación pública en I+D+i ha caído un 31,5 % en entre 2009 y 2012.Al acabar su carrera, e incluso mientras estudiaban, muchos científicos tuvieron que hacer la maleta y marcharse al extranjero. El salario, el reconocimiento profesional y, sobre todo, que en el exterior no existe la incertidumbre que padecen en la Comunitat es lo que llevó a muchos valencianos a marcharse. Dadas las circunstancias, la mayoría, los que han logrado estabilizar sus carreras, no volverán. Por ejemplo, Francisco Chinesta, de la Universidad Pierre y Marie Curie de París; Cristina Lafont, catedrática en la Northwestern University, de Chicago; y Miguel Monclús, del National Physical Laboratory, son más ejemplos de talentos que trabajan e investigan fuera de España. Como Óscar Rubio, investigador del Technische Universitat Munchen, en Alemania; Carlos Lois, profesor en el Instituto Tecnológico de Massachussets (MIT), o Toni Vidal, del Institute of Metabolic Sciences de Cambridge.

El éxodo en Redit

Hace pocos meses, representantes de los comités de empresa de 10 centros de la Red de Institutos Tecnológicos de la Comunitat Valenciana (Redit) se concentraron frente a la Conselleria de Economía donde entregaron una carta en la que pedían al conseller Máximo Buch una reunión para conocer cómo va a pagar la deuda de la Generalitat con estos organismos. La presidenta de los comités de empresas de Redit, Mari Carmen Gómez, advertía que estos impagos han provocado durante 2012 una fuga de cerebros a Francia, y principalmente a Alemania, de entre 5 y 10 técnicos cualificados por instituto. En total, Redit se compone de 14 institutos lo que eleva la cifra de fugados a entre 70 y 140 investigadores, sólo en el pasado ejercicio. Gómez mostraba su preocupación porque numerosas líneas de investigación están paralizadas.

Esta misma semana, el vicepresidente de Redit, Rafael Ros, recalcó a EFE que los valencianos "estamos perdiendo un conocimiento impresionante". Luego añadió que esos científicos que se han formado en la Comunitat ahora, "darán fruto fuera de nuestras fronteras en muchos casos y eso es dramático", remarcó.