«Sóc un xiquet d´Albal que als catorze anys va deixar els estudis i als 35 va muntar un banc». A los 52 fue imputado por el caso Naseiro, el primer escándalo de financiación del PP, y con 75 de nuevo ha sido salpicado por enredos contables del partido, esta vez de forma colateral por su conexión suiza con el extesorero Luis Bárcenas. Se llama Ángel Sanchis Perales (Albal, 1938), es hijo de familia de Acción Católica y lleva la acción en la sangre. En la política y en los negocios parece que la maldición de los tesoreros (él, Naseiro y Bárcenas) le persigue. O la bendición. Es como si en la tesorería del PP se cumpliera la máxima de que la banca siempre gana. «Que quede claro que yo salí de la política menos rico de lo que entré», subraya Sanchis a este diario. Nuevo Banco lo montó años antes de desembarcar en AP para llevar las cuentas a petición de Fraga. Fue entonces cuando fichó a Bárcenas como colaborador.

Sus gestiones en el Dresdner Bank de Ginebra respecto a la cuenta de Bárcenas consistieron, dice, en supervisar la posición y hacer las consultas que le encomendó su amigo. Luego Bárcenas transfirió 3 millones a Brixco S. A., cliente de La Moraleja, la sociedad que explota el latifundio de Sanchis en Argentina. «Me arrepiento de haberle presentado a mi cliente», insiste. Sanchis subraya que no comparte «ningún negocio» con Bárcenas.

Comprada en 1977, La Moraleja ocupa una superficie de 36.000 hectáreas, el equivalente a casi 50.000 campos de fútbol. Es la joya de los variados negocios de Sanchis Perales, desde una hidroeléctrica (Hidro Norte) hasta promoción inmobiliaria (Gordo S. A.) pasando por una firma de maderas de lujo en Brasil (Nobleinvest), que fue citada por Bárcenas, igual que La Moraleja, cuando el imputado en Gürtel explicó al banco suizo sus negocios.

El abanico inversor también alcanza la renta variable. «En el momento álgido de la bolsa, en 2007, yo tenía mucho, ahora menos», explica. Parte de su fortuna la tiene en una la sociedad de inversiones de capital variable (Sicav) Flmcinco, que cuenta con 7,3 millones. La controla a través de Inmobiliaria Gordo, que avaló el polémico préstamo de 18 millones que le concedió el ICO, con Aznar, para acometer inversiones en La Moraleja.

En la finca de Salta, Sanchis también diversifica riesgo. La mitad la dedica a cereales. Los limoneros ocupan sólo el 8% pero este cultivo es su tarjeta de presentación. Casi toda la producción va destinada a Coca-Cola merced a un contrato de 20 años. Dice que una de las cláusulas le prohíbe nombrar la marca. En plena polémica del caso Bárcenas, Sanchis habla siempre de la «primera multinacional de bebidas no alcohólicas». La compañía del valenciano extesorero del PP es una de los cinco principales exportadoras de limón en Argentina, líder mundial en esta fruta.

La Moraleja produce 1.000 toneladas al día en plena cosecha. Su facturación anual alcanza los 40 millones de dólares. Es la segunda empresa de Salta, por plantilla (1.700 empleados) y activos (la finca está valorada en unos 240 millones de euros). El padre y los tres hijos „Ángel Sanchis Herrero preside la firma„ se propusieron acometer inversiones hidráulicas y en la industria transformadora del limón. En concreto, extraer y comercializar pectina, una fibra que se obtiene de la piel de la fruta y que se utiliza en la industria alimentaria. Para alcanzar la esencia del limón, Sanchis necesitaba 50 millones de dólares.

El gobernador abre puertas

El gobernador peronista de Salta, Juan Manuel Urtubey, lo acompañó a reunirse con la ministra de Producción, Débora Giorgi, para explicarle el proyecto. «En Salta me quieren, el gobernador el que más», explica. Es normal que se sienta querido. En Salta la actividad industrial está exenta de impuestos. Es la «política de promoción» para captar inversiones, subrayó esta semana Urtubey. Pero no todos comparten el afecto que le profesa el gobernador. El dirigente comunista Leonardo Juárez, declaraba en el digital argentino «El intransigente.com» que La Moraleja es «la pus que confirma la podredumbre del poder en Salta». Juárez instó a la Unidad Antilavado de la Nación, la Udef argentina, a esclarecer «de dónde viene la plata para estas empresas».

«No moví un euro de la cuenta de Bárcenas en Suiza»

En una de las grabaciones del caso Naseiro anuladas por el Supremo, Sanchis Perales recomendaba a su interlocutor, el entonces concejal de Valencia Salvador Palop, que una de las recetas para poder hacer negocios es «no ser avaro, saber dar a ganar a otros». Los, como él, extesoreros del PP Rosendo Naseiro y Luis Bárcenas seguramente habrán sido generadores de riqueza si han seguido la máxima de su amigo Sanchis Perales. Uno y otro han sabido moverse en el mundo de los negocios.

El exdiputado valenciano remarca, de Naseiro, que lo sucedió al frente de las cuentas del partido, que ya tenía muchos millones invertidos en artes antes de entrar en política. Y del relevo de éste, Luis Bárcenas, alaba su olfato para los negocios. Sanchis lo conoce bien. Lo incorporó a su equipo en AP cuando Fraga lo fichó para que fuera el contable, «pasara la gorra», en palabras de Sanchis. Fue la confianza y «nada más», dice, lo que llevó a Bárcenas a encargarle las gestiones ante el Dresdner Bank recién estallado el caso Gürtel. Según dice la gestora del banco y consta en la documentación remitida al juez Ruz, acudió a preguntar fórmulas para descapitalizar la cuenta. En abril, el dinero fue transferido a cuentas de Brixco, cliente de la Moraleja, en el HSBC. «Yo no moví un euro de la cuenta de Bárcenas ni firmé ninguna transferencia», sentencia Sanchis en declaraciones a este diario. Y asegura no tener «nada que ver» con la propiedad de Brixco.

Sanchis Perales explica que cuando vio en Ginebra, en febrero de 2009, la cuenta de Bárcenas, vinculada a inversiones bursátiles, se percató de que también su amigo había notado la crisis de la renta variable. Si bien dice no recordar la cantidad exacta que en esos momentos figuraba en la cuenta.