Una de las ocupaciones del personal de enfermería de la Unidad de Media Estancia del hospital Padre Jofré de Valencia es preparar por la noche los cigarrillos que se van a fumar una veintena de enfermos a la mañana siguiente en dos patios habilitados para darle a la bocanada de nicotina, como si fueran las dosis de medicamentos, según ha podido saber Levante-EMV de fuentes próximas al centro hospitalario.

Pero no solo se fuma en las dos instalaciones sin techar, sino también en comedores autorizados en cada una de las dos plantas de hospitalización de esta Unidad de Salud Mental que aloja a unos 50 pacientes.

Uno de los patios interiores exhibe en un cartel el horario en el que se autoriza a fumar: de 7 a 8 y de 11 a 12 de la mañana, de cuatro a cinco de la tarde y de ocho a nueve de la noche. A esta zona acuden los enfermos fumadores que están ingresados que vienen a ser tres de cada cuatro.

Los horarios coinciden con la toma del desayuno, medicación, comidas, meriendas y cenas. Una auxiliar se encarga también de proporcionar fuego a los pacientes adictos al tabaco, ya que está absolutamente prohibido la tenencia de mecheros o cerillas para evitar incendios. Unas veces, la propia trabajadora es la que da lumbre al fumador y otras le cede el mechero que posteriormente tiene que devolver inexorablemente.

Fuentes próximas al centro lamentaron que algunas de las empleadas tengan que aspirar cada día las bocanadas de humo de más de veinte enfermos tres veces al día.

"A mi me gustaría saber cuántos cigarros me obligan a fumar sin ser fumadora, ¿sesenta exhalaciones diarias cuantos cigarrillos son? ¿doce?", planteaba a este periódico una de las afectadas.

En cada una de las plantas de hospitalización, además, hay salas de estar con monitores de TV en los que está permitido fumar y donde acuden los pacientes ingresados. Una de las plantas tiene dos salas, una para fumadores y otra para no fumadores donde también se come, mientras que en la otra planta las salas son tan pequeñas que en todas se fuma y se come. Dos antiguos extractores, encendidos las 24 horas. se encargan de "limpiar" los restos de la quema de tabaco.