La Justicia, uno de los pilares sobre los que se sustenta el Estado de Derecho, es también víctima de la grave crisis económica que afecta a nuestra sociedad. Usuarios y profesionales han visto cómo las sedes judiciales se han quedado obsoletas, sin espacio y con problemas de hacinamiento, con escasos recursos y poco personal, agravando aún más la imagen que los ciudadanos tienen del sistema judicial.

LA RIBERA

Alzira: Los juzgados se reparten en cuatro edificios distintos

Escasez de personal, edificios que no reúnen unas condiciones mínimas y, sobre todo, dispersión, son algunas de las principales deficiencias de los juzgados de Alzira que, a la espera de la construcción del Palacio de Justicia que el Consell prometió hace más de quince años y que sigue sin un calendario de obras, ocupan tres edificios ubicados en emplazamientos diferentes. Si se tiene en cuenta además que la sede de la fiscalía se localiza en otro lugar, los servicios relacionados con la Administración de Justicia están repartidos por cuatro inmuebles.

El más antiguo es el que acoge tres juzgados de instrucción en la calle Ronda de Algemesí. Además de los problemas de falta de espacio, que obligan a amontonar expedientes y legajos incluso en escaleras cerradas al público, carece de ascensor para acceder a las plantas superiores y tampoco cuenta con un acceso diferenciado para testigos y detenidos. Los otros cuatro juzgados se encuentran en otro inmueble en la Plaça del Sufragio. Los secretarios judiciales han llegado a denunciar que esta dispersión obliga a trasladar expedientes «en carritos de compra por la calle» casi a diario y genera otras disfunciones, además de crear confusión entre los usuarios.

Un aseo como almacén

No es mejor la situación del juzgado de lo penal número 15 que, ubicado en Alzira, presta servicio también a los partidos judiciales de Xàtiva y Ontinyent. Ocupa un bajo en la Plaça de la Generalitat que sindicatos y trabajadores han llegado a calificar de «zulo» por la falta de condiciones, con único acceso tanto para detenidos como para víctimas, problemas de ventilación, y carecer de salidas de emergencia. La falta de espacio provoca que los expedientes se amontonen por cualquier rincón e incluso se habilitó un aseo como almacén de pruebas. Carece además de calabozo, por lo que los abogados que quieren entrevistarse con sus clientes que llegan detenidos lo tienen que hacer en el furgón policial, y cuenta únicamente con nueve funcionarios.

Cuatro de los seis juzgados de Primera Instancia e Instrucción de Sueca se encuentran ubicados en un mismo inmueble, construido exprofeso hace unos 20 años. El quinto, en la Ronda d’Espanya, está a escasos metros de la sede mientras que para el sexto hubo que habilitar un local a un kilómetro de distancia, en l’Avinguda de Jaume I.

Los distintos gobiernos municipales de las dos legislaturas pasadas trabajaron para dotar a la Generalitat del suelo necesario para la edificación de las nuevas dependencias. El terreno se obtenía por el aprovechamiento urbanístico del sector C-8, junto al camino de Riola. Otro solar de la misma zona iba destinado a nuevo cuartel de la Guardia Civil. Las obras del PAI quedaron paralizadas en 2010, pocos meses después de iniciarse.

Los cinco primeros juzgados se valen de las dos salas de vistas y una multiusos ubicadas en el edificio central de la Placeta del Convent. El juzgado número seis cuenta con su propia sala. El partido judicial de Sueca atiende a catorce municipios, once de la Ribera Baixa y los tres de la Valldigna.

Por otra parte, el Col·legi d’Advocats de Sueca espera respuesta a su solicitud de un juzgado de lo Penal. De los seis de Primera Instancia e Instrucción, uno de ellos es competente en Violencia de Género. Los letrados también consideran necesario un despacho de la Fiscalía para evitar que los representantes de este ministerio tengan que desplazarse, prácticamente a diario, desde Valencia.

En Carlet, el edificio de los juzgados es relativamente nuevo ( de los años 90). Sin embargo, el Consell se comprometió a poner en funcionamiento el quinto juzgado de primera instancia e instrucción durante el año 2010. Pero la promesa cayó en saco roto y la Conselleria de Justicia ha renunciado a abrirlo por falta de medios y ya no lo exige al Ministerio de Justicia.

LA MARINA

Cristaleras con fisuras en el Palacio de Justicia de Dénia

Inaugurado en noviembre de 2000, el Palau de Justícia de Dénia desde el principio sufrió deficiencias que hasta hoy no se han resuelto. Enseguida aparecieron grietas y humedad en un sótano que, cuando llueve con intensidad, se inunda (esto provoca que los ascensores no puedan funcionar). Además, hace tres años se desplomó una cristalera de la fachada. No sólo no se ha arreglado, sino que ahora otra cristalera tiene tres fisuras, lo que ha obligado a vallar y precintar un tramo de fachada en la misma puerta del juzgado, y otra más también amenaza con venirse abajo.

Las 14 cámaras de seguridad han estado más tiempo sin funcionar que en marcha. Ahora, de nuevo, están de adorno. Al menos sí que se atendió una vieja reivindicación, la de instalar el arco de seguridad en el acceso al juzgado. Así, los problemas estructurales del edificio se han agravado por la falta de mantenimiento. Esta misma semana, sin embargo, el encargado de mantenimiento ha tomado medidas de las cristaleras dañadas porque, por fin, la Conselleria de Justicia se ha decidido a repararlas.

Uno de los problemas que más llaman la atención es que no se repone el papel higiénico en los aseos. Falta, según han confirmado los trabajadores, la mayor parte de los días. Los empleados se lo tienen que traer de casa. Además, desde hace años se reclaman estanterías que nunca llegan. Los expedientes se amontonan en el suelo. Los trabajadores del juzgado ya han realizado el expurgo de los procedimientos archivados.

Otro fallo estructural es el de la luz eléctrica. Los jueces con los despachos mejor orientados tienen luz natural, pero, en los que hay que encender la iluminación, los magistrados y trabajadores están medio en penumbra.

Los empleados sacan los expedientes adelante a duras penas. El Registro Civil, con tres empleados, está colapsado y, sobre todo, hay atasco en los expedientes de extranjería. El juzgado de violencia de género está pendiente de la amortización de una plaza, lo que lo abocaría también al colapso. Los tres juzgados de primera instancia más antiguos (en total hay ocho) llevan cada uno este año una media de 1.700 casos resueltos y otros 1.800 que se quedan pendientes. El Palau de Justícia mantiene una buena tasa de resolución, pero faltan medios y recursos.

camp de morvedre

Los usuarios se quejan de las colas en el Registro Civil

Los cinco juzgados que componen el partido judicial de Sagunt funcionan sin excesiva saturación, más allá de las colas en el Registro Civil, que han provocado múltiples quejas entre los usuarios que se agravan en la época estival. Según profesionales y sindicatos, la carga de trabajo de los funcionarios se puede atender «más o menos», gracias a que las bajas se cubren a buen ritmo y no se producen largos periodos con puestos vacantes.

El espacio tampoco es un problema, según detallan las mismas fuentes, ya que los dos edificios en los que están repartidos los juzgados «no son especialmente grandes, pero los trabajadores pueden desenvolverse relativamente bien».

LA COSTERA/LA CANAL/LA VALL D'ALBAIDA

Los archivadores se acumulan en el suelo en los juzgados de Xàtiva

Xàtiva acumula problemas en su sede judicial, el antiguo Palau d'Alarco (del siglo XVII). Aunque en 1985, fecha de su inauguración, fue un caso modélico de recuperación de un inmueble histórico los años han pasado y sus cuatro juzgados tienen un problema detrás de otro. En 2003 se anunció una Ciutat de la Justícia en Xàtiva. Los terrenos están —aunque ahora los ocupe un edificio efímero de la patronal comarcal, Adexa— pero la entonces consellera portavoz del Consell, Paula Sánchez de Léon, enfrió la promesa en 2010. Con el estado de las arcas autonómicas, no hay quien se plantee que el proyecto resucite en los próximos dos-tres años como poco.

Mientras, el juzgado tiene graves problemas de hacinamiento, de falta de espacio o de humedad. En 2010, los empleados se quejaron de la falta de luz, ya que cuando se funden los tubos tardan meses en restituirlos. Lo mismo pasa con el ascensor (estuvo inhábil varios meses porque le faltaba una pieza que no llegaba) o las fotocopiadoras.

Además, la creación del cuarto juzgado por empeño del conseller Fernando de Rosa fue un desatino: se creó sin la más mínima ampliación de la volumetría del edificio (cosa, por otro lado imposible ya que está protegido). El resultado es una asombrosa falta de espacio hasta para el juez, que tiene un despacho con parabanes. Hay despachos inservibles en otras dependencias porque los archivadores se han ido acumulando hasta en el suelo.

Cuando se inauguró la Ciutat de la Justícia de Valencia, a la sede de Xàtiva enviaron el mobiliario viejo de los antiguos tribunales de la capital. Y hay goteras en varias salas de la última planta.

L'HORTA

Temperaturas de hasta 30 grados en verano

La saturación de las sedes judiciales es una de las palabras más acertadas para definir la actual situación de la Justicia en la comarca de l’Horta. Y, pese a las constantes quejas y demandas sindicales exigiendo la creación de nuevos juzgados, no parece que la cosa vaya a cambiar en breve. De hecho, las instalaciones judiciales de Torrent, capital de l’Horta Sud, hace mucho que se quedaron pequeñas y el anunciado Palacio de Justicia sigue en el aire desde hace más de dos años después de que el Consell paralizase la inversión prevista para la obra.

En otros municipios, como Picassent, la falta de mantenimiento de unos edificios relativamente nuevos convierte las oficinas en espacios inhabitables según la época del año: el verano pasado, la avería de un climatizador provocó temperaturas de hasta 30º en uno de los juzgados, algo que ocasionó las quejas de usuarios y trabajadores. En Quart, hace un par de semanas, el problema era justo el contrario: el Decanato y el Registro Civil sufría las heladas de los últimos días debido a que están ubicados junto a la entrada y sin ningún tipo de panel que los proteja del frío del exterior. En otras sedes, como en la de Massamagrell, el problema es la ausencia de personal, tanto que sindicatos como CSI·F no dudan en hablar de «situación límite» y reclamar un «imprescindible refuerzo de plantilla» para «intentar evitar el colapso en los juzgados».

CASTELLÓ

Una sede judicial de diez millones sin mobiliario

El expresidente de la Generalitat Valenciana, Francisco Camps, inauguró el 18 de abril de 2006 la Ciudad de la Justicia de Castelló en la que se invirtió 30 millones. Cuenta con 25.451 metros cuadrados,460 dependencias y tiene una capacidad para atender 1.500 personas diarias.

Sin embargo, pese a que el objetivo de este proyecto era aportar «eficacia» y «agilidad», lo cierto es que presenta graves deficiencias, sobre todo en los juzgados de lo penal. El propio presidente de la Audiencia, Carlos Domínguez, llegó a denunciar el retraso de más de un año y medio en el señalamiento de los juicios. Otra de las deficiencias estriba en el Registro Civil donde la falta de personal ha obligado a reducir el número de atenciones en ventanilla de 130 a 50.

Los juzgados de Nules son unos de los más colapsados de la Comunitat Valenciana, con procesos tan significativos como el denominado caso Fabra, que juzga al expresidente de la Diputación de Castelló por varios delitos. La saturación es notable y la falta de personal es una de las preocupaciones, así como la falta de materiales que faciliten las tareas. La entrada en vigor del cuarto juzgado alivió la situación pero sigue sin ser suficiente. Debido a la carga de trabajo se está planteando la posibilidad de que algunos municipios como Betxí o Alqueries pasen al partido judicial de Vila-real.

El estado de las instalaciones que ocupan los juzgados de primera instancia e instrucción de Vila-real así como el Registro Civil, en la plaza de Colón de la ciudad, es «muy deficiente desde hace años». La coordinadora del sector judicial de CC OO País Valencià, Marián Rubí, asegura que la situación del edificio de los juzgados es una de las peores que existe actualmente. «Está para tirar abajo», señala. «Nunca se ha realizado la inversión necesaria para mantener las instalaciones. Se reforzaron las luminarias que se desprendieron y quedaron colgadas pero todavía hay grietas, goteras y otros problemas generales como fallos en la climatización o en el hermetismo de las ventanas así como saturación de documentos en mesas y estanterías a los que la conselleria no da ninguna solución».

Respecto al traslado de los órganos judiciales al nuevo Palau de Justicia, prácticamente finalizado después de varios años e intentos fallidos, Rubí aseguró que nadie les ha podido garantizar cuándo se hará efectivo el cambio. La construcción de este edificio, a la espera de mobiliario, con una superficie de 7.000 metros cuadrados repartidos en 7 plantas, ha supuesto una inversión cercana a los 10 millones y debería haber finalizado en 2010.

En Vinaròs, el Palacio de Justicia se ha quedado pequeño para acoger el juzgado número 5, que se encuentra a escasos cincuenta metros, en un local alquilado por la conselleria.

Información elaborada por: A. Padilla, P. F., R. Herrero, A. Garzó, M. vázquez, V. Contreras, L. Sena