El próximo día 11 de abril se cumplirán 20 años del asesinato del joven antirracista Guillem Agulló a manos de un neonazi. Pese a haber pasado ya dos décadas de la tragedia, el nombre del fallecido continúa presente en círculos progresistas e independentistas de la sociedad valenciana. Lo mantienen vivo en cada uno de sus conciertos los Obrint Pas, que en su canción «No tingues por» recuerdan los sucesos de 1993 en Montanejos y claman contra la violencia de la extrema derecha, que, como constatan los sucesivos informes Raxen, continúa gozando de una muy buena salud en tierras valencianas.

Agulló no fue un escritor, ni tampoco un músico, pero su temprana muerte y su ideal antifascista han inmortalizado su figura. Haciendo una rápida búsqueda en Google aparecen más de 115.000 referencias al joven. No sólo los Obrint Pas, grupo que nació en los meses cercanos al fallecimiento de Guillem, sino gran cantidad de cantautores y poetas han puesto al joven de 18 años como ejemplo de lucha por conseguir un mundo mejor. Hasta la Candidatura d’Unitat Popular (CUP) propuso simbólicamente a Agulló como vicepresidente de la Generalitat de Cataluña en la votación de investidura tras las pasadas elecciones.

Y no ha sido el único gesto que desde tierras catalanas se ha tenido con el joven independentista. El municipio de Sallent le dedicó una calle en la que reza: «Carrer Guillem Agulló. Burjassot 1975-Montanejos 1993. Militant de Maulets». El municipio donde nació también le ha dedicado una plaza y ha acogido gran cantidad de manifestaciones, conciertos y concentraciones en su recuerdo. Burjassot se ha convertido en un emblema de las reivindicaciones contra el racismo y el fascismo.

El que fuera portavoz de la acusación popular en el juicio sobre su asesinato, Toni Gisbert, alega que existen dos motivos fundamentales para que la figura de Agulló se continúe reivindicando. «Guillem es el ejemplo de una generación de jóvenes que empiezan a cambiar la ciudad de Valencia y a reivindicar la recuperación nacional que se había aparcado tras la Transición. En los 80, la calle había sido conquistada por la derecha y el blaverismo». Para Gisbert hay también una vertiente negativa, y es que el asesinato del joven de Burjassot ejemplifica «la impunidad con que el radicalismo españolista actúa en Valencia». «Hubo una campaña de criminalización de la víctima escandalosa y aún, hoy por hoy, continúan dándose ejemplos de violencia policial como la primavera valenciana. Ese cambio social que reivindicaba Guillem se está produciendo», argumenta.

Poesía por Guillem

La muerte de Guillem es recordada en la actualidad en numerosas bitácoras de internet y ha sido ejemplo de la violencia de la extrema derecha en charlas y conferencias en el País Vasco, Galicia, Madrid o Cataluña. El escritor valenciano y colaborador de Levante-EMV Francesc Mompó ha dedicado uno de sus poemas al militante independentista que musicó en su último disco el cantautor Carles Pastor. Grupos de música como Opció k-95, Greska, ODI, Orgull Roig o INsemiNACIÓ también han compuesto canciones para recordar a Agulló.

El escritor catalán Jaume Fuster publicó en la editorial 3 i 4 el libro «La Mort de Guillem», en la que relata el fatídico suceso. Ironías de la vida, fue su último libro puesto que falleció de un cáncer en Hospitalet de Llobregat al poco tiempo de publicarse la obra.

La pasión con que amigos y herederos ideológicos de Guillem Agulló le recuerdan es directamente proporcional a la beligerancia con que sus detractores lo continúan vilipendiando públicamente. Aunque los magistrados de la Audiencia de Castelló concluyeron que su asesinato no tuvo un móvil político, los grupos de extrema derecha usan su nombre para provocar a la izquierda social. Su homicida confeso ha sido candidato a las elecciones por un partido filonazi e imputado en la «Operación Panzer», que desarticuló un grupo que organizaba cacerías de inmigrantes y «rojos».

Cada año cuando se acerca el aniversario de su muerte aparecen pintadas contra Agulló frente al domicilio de sus padres en Burjassot. Foros filofascistas en internet hacen burla del suceso y se atribuyen su muerte como una «pieza de caza». Y siempre sin que haya habido detenciones.

Miembros ultras del Valencia Club de Fútbol pertenecientes a la peña Yomus continúan cantando «Guillem, jódete» cuando acuden al campo del Levante UD, club junto al Barça del que era aficionado el militante de Maulets. Cabe recordar que cuando el cadáver del joven de Burjassot todavía estaba caliente, miembros de esta peña radical desplegaron una pancarta con el mismo lema en un partido de copa del Rey en Albacete. Los hechos generaron un fuerte revuelo social por la gravedad de los mismos. Las paredes de Mestalla también se han utilizadas para insultar la memoria del joven asesinado. Tampoco ha habido detenidos.