Los alguaciles de Ontinyent ya no van a las procesiones a cobrar horas extra por acompañar a los concejales. En las fiestas de Massanassa se quedaron sin ver a la Pantoja o a Bisbal en los años de bonanza. En Almussafes, todas las concesiones administrativas -limpieza viaria, mantenimiento de ascensores, jardinería, etc.- han vuelto a sacarse a subasta pública y así han ahorrado en torno a un 20 % del gasto porque, con la crisis, las empresas están dispuestas a hacer lo mismo por menos dinero. En Benicull optaron por no caer en la tentación de estirar més el braç que la mànega y ahora sólo tienen un préstamo por pagar -los nichos del cementerio- que será finiquitado el próximo año con poco más de 2.000 euros. Estos cuatro ayuntamientos de distinto color político pertenecen a la rara estirpe de consistorios con superávit en 2012 que, después del anuncio del Gobierno de que se modificará la Ley de Estabilidad Presupuestaria, podrán dedicar el remanente de tesorería a inversiones y planes de empleo.

La primera pregunta es evidente: ¿Cómo han conseguido unas cuentas saneadas? Ontinyent, que tenía un presupuesto de 26 millones, ha logrado un millón de remanente de tesorería. Su alcalde, el socialista Jorge Rodríguez -impulsor de esta iniciativa para cambiar la ley que obligaba a destinar el superávit a la amortización de la deuda con los bancos- explica cómo han ahorrado en su ciudad: "Durante la legislatura anterior se pagaban entre 100.000 y 120.000 euros al año en horas extra del personal municipal, mientras que el año pasado se bajó a 30.000 euros". Los alguaciles, y muchos otros funcionarios, han sido víctimas del raciocinio. También han reubicado servicios municipales: el consistorio pagaba 170.000 euros anuales en alquiler de edificios y al mismo tiempo disponía de locales municipales. Se han reubicado allí los servicios y el ahorro ha rondado los 140.000 euros. O la limpieza. Lo explica el alcalde: "No tenía mucho sentido que mi despacho se limpiara cinco veces a la semana y ahora se limpia tres. Y así, en todas las instalaciones municipales excepto los colegios y los comedores, se ha reducido la frecuencia de limpieza y se ha logrado ahorrar 200.000 euros al año". El sueldo de los políticos es un 20 % inferior al del mandato anterior. "Tota pedra fa paret", dice Rodríguez a modo de guía política. Ahora, destinará más dinero al plan de empleo de un millón de euros que acaban de poner en marcha. Serán más de 36 los trabajadores contratados, y el programa para financiar proyectos emprendedores (con préstamos ventajosos con Caixa Ontinyent) aumentará de cuantía.

En Massanassa, que cerrará 2012 con tres millones de superávit acumulado, tienen a gala el secreto de cómo acabar un presupuesto sin números rojos. "Se trata de no caer en la trampa de hinchar la previsión de ingresos para poder gastar más dinero", resume su alcalde, el popular Vicent Pastor, quien presume de "recaudar más de lo previsto" y de no haberse gastado "los ingresos extraordinarios que todos tuvimos en los años del boom". Precisamente hoy, Massanassa pone en marcha su plan de empleo social. Se beneficiarán casi una decena de trabajadores del municipio, que irán rotando cada tres meses. "Si ahora me dan la opción de gastar el dinero -y me permiten contratar-, contrataremos a más vecinos. Porque los ayuntamientos que estamos bien no necesitamos tutelas y no nos tienen que maniatar", reivindica Pastor.

Tras haberse apretado el cinturón y "no gastar en lo superfluo", el alcalde de Almussafes, Albert Girona (Compromís), está satisfecho por poder cerrar el año con 1,3 millones de liquidez. Han hecho esfuerzos, claro. En personal han recortado. "Hay dos plazas de policía creadas en su momento que ahora no están ocupadas, y tenemos otras plazas congeladas que no las hemos sacado", pone como ejemplo. Pero no han promovido un ejercicio de austeridad a cualquier precio. "Pagamos los libros escolares, subvencionamos el transporte escolar, pagamos guarderías, tenemos una política muy garantista de ayudas familiares. De todo ello, o no hemos tocado nada o incluso hemos incrementado el gasto", señala Girona. Él, defensor del keynesianismo, asegura que la reforma legal la aprovechará para "aumentar la dotación del plan de empleo local, que dispone de 425.000 euros y que aumentará a casi 600.000 euros" en este municipio de 8.500 habitantes. Fomentarán así la "contratación directa de trabajadores y subvenciones a fondo perdido para la creación de empresas por parte de emprendedores".

Con sus mil habitantes, Benicull ha cerrado el 2012 con 70.000 euros en el cajón. Una buena noticia. Su alcalde, Joan Vicent Geribés, de Esquerra Unida, insiste en que se ha logrado "mirándolo todo hasta el céntimo" y aplicando "una política de contención, de ahorro en consumo eléctrico, de evitar despilfarros". E intentando hacer más con lo mismo. "Las obras que se hacen en el pueblo las hacemos por administración directa. En vez de contratar a empresas, el ayuntamiento dirige la obra y contrata a los trabajadores directamente. Ahora quiere "poner en marcha la bolsa de personal para obras y servicios, porque es lo que más necesitamos y lo que más trabajo crea". Ellos han cambiado el refrán: Qui guarda quan té, dóna de menjar quan vol.