Lo que iba a ser un encuentro ferial especializado en mascotas exóticas estuvo a punto de acabar en una redada en toda regla. La Guardia Civil, una comisión del Ayuntamiento de Valencia y el Servicio Oficial de Inspección, Vigilancia y Regulación de las Exportaciones (Soivre) decidieron intervenir en el evento "Exoticforum" celebrado hace unos días en Feria Valencia para comprobar el cumplimiento de la normativa sobre fauna y flora.

El resultado del celo policial fue la intervención de cuatro boas (Boa constrictor), una anaconda (Eunectes notaeu) y 7 camaleones (Chamaeleo caliptratus). Sus propietarios no pudieron justificar el origen legal de estos ejemplares pertenecientes a especies protegidas por el Cites, la convención sobre el comercio internacional de especies amenazadas de fauna y flora silvestres, cuya supervisión está a cargo del Soivre.

En una de la inspecciones a los pabellones de esta feria, los agentes del Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil (Seprona) detectaron en un terrario un grupo de cinco caracoles de la especies Achatina fulica, un caracol de origen africano que que forma parte del club de las 100 especies exóticas invasoras más peligrosas del planeta.

Según la ficha del Catálogo Español de Especies Exóticas Invasoras, la Achatina fulica, "se considera como una de las peores plagas de caracoles a nivel mundial, tanto por su efecto devastador sobre cultivos de gran variedad de especies, por su voracidad destructora, como por la transmisión de patógenos vegetales que afectan a los cultivos, así como por ser transmisor de parásitos peligrosos para la salud humana". "Por otra parte desde el punto de vista ecológico, su alta voracidad produce un desequilibrio ecológico de los ecosistemas, allí donde es introducido", añade.

En España se tiene constancia de su presencia en Andalucía, comunidad que se encuentra realizando un seguimiento de su situación.

Su capacidad de adaptación a casi todos los ecosistemas y su carácter omnívoro y voraz ha hecho que se este extendiendo por muchos países del mundo provocando serios problemas.

Fuentes de la Guardia Civil destacaron que estos ejemplares podían ser adquiridos e introducidos en territorio español por cualquier particular.