?

El embalse de Algar del Palancia, el único viable para aliviar las ajustadas dotaciones de agua de los cultivos del Camp de Morvedre, puede ser inservible para cualquier otra cosa que no sea retener durante unas horas-pocas- los caudales desbordados del Palancia y de la Rambla de Azuébar y alimentar los acuíferos distribuidos por la Vall de Uixó, el delta del Palancia y todas las poblaciones próximas que se benefician de este sistema hidrogeológico. Así se diseñó inicialmente este embalse en el que los sucesivos añadidos- primero fueron las compuertas en 2007 y ahora el previsto refuerzo de la Sèquia Major de Sagunt- no parecen suficientes para privar a la obra de su etiqueta como el embalse de los "despropósitos".

La última propuesta de la Confederación Hidrográfica del Júcar-el refuerzo de la mota de protección del canal en un trayecto de 900 metros aguas arriba de la presa-ha sido rechazada por los propios regantes supuestamente beneficiarios de la obra. No creen que la intervención aumente la capacidad del embalse para almacenar excedentes invernales y temen, con fundamento, que la CHJ les obligue a pagar una obra que, probablemente, no sirva para casi nada.

La presa de Algar fue diseñada sin compuertas y con aliviadero de labio fijo, lo que unido a la permeabilidad del vaso hace imposible retener caudales. El agua de los excedentes invernales y la que ocasionalmente llega durante las avenidas queda retenida durante días/horas, según el volumen, empapando la gigantesca "esponja" de dolomías situada bajo el vaso del embalse. El presupuesto inicial incluía el traslado o cubrición de la Sèquia Major de Sagunt, que discurre durante 3.450 metros por la zona inundable del embalse. La obra no se ejecutó por problemas surgidos durante la construcción del embalse.

En 2000 y con las obras a punto de concluir, una riada llenó la presa hasta arriba. La acequia quedó arruinada, con derrumbes y aterramientos. La CHJ gastó más de 150.000 euros en su limpieza y reposición.

El agua apenas duró unos días-se infiltró- pero su visión deslumbró tanto que se presionó al Gobierno para que colocara dos compuertas para retener caudales. La obra, finalizada en 2007, costó diez millones de euros.

En 2010, el Gobierno aprobó el soterramiento de la acequia a un precio prohibitivo: 10 millones de euros. Ahora lo ha vuelto a intentar actuando solo en 900 metros por 450.000 euros. Los regantes han dicho que no pagaran por una obra en la que no creen.

El Sistema Palancia-Los Valles sufre problemas de sobreexplotación

El sistema Palancia-Los Valles, del que dependen la agricultura y el abastecimiento de 42 municipios de Valencia y Castelló, con 116.509 habitantes en 2005, dispone de unos recursos hídricos regulados de 92,3 hm3 y una demanda de 95,7 hm3, lo que ha provocado una histórica sobreexplotación del acuífero con problemas de pérdida de calidad, merma de recursos e intrusión salina. Una de las posibilidades de corregir esta situación es recrecer el embalse del Regajo, aguas arriba de Navajas (5,97 hm3 de capacidad), pero ello obligaría a asumir el inviable traslado de la vía férrea Valencia-Zaragoza que pasa justo junto al embalse). La Confederación Hidrográfica del Júcar no solo no ha asumido esta obra, por inviable, sino que ha reducido la capacidad oficial del embalse a 4,90 hm3 por razones de "seguridad" . Para paliar estos problemas se diseñó, aguas abajo, la presa de Algar del Palancia, cuya cerrada-emplazamiento-estaba decidido desde 1903, según OHL, la empresa que ejecutó las obras por 1.500 millones de pesetas.

Según cifras oficiales, una vez en servicio, la presa supondría un aumento de 23 hm3/año sobre la aportación regulada en la cuenca media del río, así como una recarga inducida de 13 hm3/año de los acuíferos que alimentan la plana litoral de Sagunto. Sin embargo no es seguro que se pueda retener el agua incluso terminando las obras que faltan. Cuando se cerraron las compuertas para probarlas, el nivel del agua en el embalse nunca superó los dos metros. j. S. valencia