El presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, reunió ayer a los dirigentes provinciales del partido con el fin de recabar su apoyo para activar una organización que atraviesa sus horas más bajas como consecuencia de la crisis financiera y los escándalos político-judiciales. La reunión, que se pretendía privada, consistió en un almuerzo en el que Fabra mostró su preocupación por la asfixia de las cuentas públicas y en la que solicitó a sus barones un esfuerzo adicional para inyectar energía al partido y en consecuencia a su propio liderazgo. La cita tuvo lugar en un restaurante del centro de Valencia y entre los comensales (cada uno pagó a escote su parte) estaban los presidentes del PP en Valencia, Alicante y Castelló (Alfonso Rus, José Císcar y Javier Moliner, respectivamente). También asistió el secretario general del PPCV, Serafín Castellano. No es la primera vez que Fabra convoca a los principales responsables del PP para poner en común líneas de acción.

A menos de un mes de que se cumpla un año del congreso de Alicante en el que Fabra fue elegido presidente del PPCV, la organización carece del brío de otras épocas. Fabra no ha logrado, un año después, atar en corto el partido. Aunque el riesgo de una rebelión interna es prácticamente inexistente, hay descontento en buena medida como consecuencia de los impagos, aunque también se le achaca al presidente una supuesta falta de estrategia y debilidad ante la dirección nacional de su partido. Para reforzar su figura e inyectar autoestima a los militantes, la dirección regional del PPCV prepara un acto-homenaje en el primer año de Fabra. Se está trabajando para lograr que algún primera espada de Génova, se está intentando con Maria Dolores de Cospedal, arrope a Fabra en este acto al que tratará de movilizar a una dos mil personas. Fabra transmitió ayer a los barones la necesidad de que el partido esté activo. Los presentes también hablaron de la convención política que se prevé celebrar en junio, una cita clave que servirá de antesala al programa electoral. El PP quiere que al congreso acuda Mariano Rajoy.