Centenares de científicos se concentraron ayer ante l'Estació del Nord de Valencia para denunciar la «dramática» y «precaria» situación que vive la ciencia con los recortes que están obligando a muchos investigadores a marcharse al extranjero para continuar su carrera, debido a la disminución de becas y contratos. Las reducciones presupuestarias del Gobierno y el Consell están «paralizando líneas de investigación» e incluso impidiendo reparar de material estropeado.

Así lo manifestaron los científicos valencianos durante la protesta que llevaron a cabo simultáneamente en Valencia y otras 19 ciudades españolas, convocada por el colectivo Carta Abierta por la Ciencia bajo el lema «Salvemos la investigación. Con Investigación, Desarrollo e Innovación (I+D+i) sí hay futuro».

Vestidos con sus batas blancas de trabajo y portando carteles como «Se vende», «Caemos como moscas» los investigadores,«No al exilio científico» o «¡Somos el futuro y no nos dáis un duro!», los investigadores, que portaban maletas para recrear la fuga de cerebros a la que se ven abocados, reclamaron que se mantenga la inversión en este sector.

En primera línea de la protesta, junto a sus compañeros del Centro de Investigación Príncipe Felipe (CIPF) de Valencia, epicentro de los recortes del Consell, se pudo ver a la doctora Consuelo Guerri quien en pleno ERE que llevó al paro a 114 científicos del CIPF en 2011 donó a su laboratorio los 25.000 euros del galardón alemán Manfred Lautenschlanger Award concedido por su trayectoria científica y la trascendencia internacional de sus estudios sobre los efectos del alcohol tanto en los fetos como en los jóvenes y los adultos. Levante-EMV le concedió a Guerri el Premio Importante de septiembre de 2011 por este gesto.

Asunción Montaner, trabajadora en el CIPF, lamentó ayer que ni el Gobierno central ni el autonómico están dando ayudas para investigación y así «no se puede seguir avanzando con las líneas que ya están puestas en marcha» en el Parkinson, el cáncer o en enfermedades raras. «Es muy triste» porque «el personal está muy bien preparado pero están emigrando todos a Alemania, Inglaterra, Suiza o EE UU».

Por su parte, Carlos Romá, que trabaja en un centro del CSIC, advirtió que «se está acabando con generaciones de científicos al eliminar programas enteros de becas y contratos de investigación, y la gente se va fuera porque aquí no hay manera de seguir la carrera científica».