Al menos tres grietas de hasta unos diez centímetros de ancho han aparecido junto a la salida del túnel del AVE que recorre los términos municipales de Torrent y Alaquàs. Las aberturas atraviesan una vía de servicio y un carril bici situado en el lado derecho del túnel. También en el terreno situado sobre el corredor del tren de alta velocidad —y al que no se puede acceder por estar vallado—, se observa un corrimiento de tierra de mayor amplitud que coincide que el recorrido de una de las grietas.

Aún así, y tal como pudo comprobar este periódico, este desplazamiento de la superficie, más ancho que las grietas sobre el asfalto pero también de poca profundidad, está alejado de la zona situada sobre la bóveda del túnel.

Fuentes de la Administración de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) consultadas ayer por este periódico señalaron que hace unos días recibieron un aviso por parte de un ciudadano sobre la existencia de estas grietas y explicaron que ya están estudiando qué es lo que ha podido ocasionarlas.

Aún así, desde ADIF recordaron que el corredor es un falso túnel y la superficie en la que se ha detectado el desplazamiento de tierras es un relleno sobre la bóveda de hormigón bajo la que discurre el tren. Así pues, el corrimiento no tendría ninguna incidencia sobre la infraestructura ni representa ningún peligro, «más allá de que alguien pueda meter un pie y tropezar», además de que no afecta a la circulación de trenes. Desde la empresa responsable del AVE también destacaron que la carretera y el carril bici en el que están las grietas no son propiedad ni responsabilidad suya.

Este túnel pertenece al tramo del trazado Aldaia-Picanya que tiene una longitud de 6,32 kilómetros. Se inicia en el primer municipio y llega hasta el punto donde se ha de unir con el ramal del AVE que llega desde Madrid por Albacete, para penetrar a Valencia. El tramo subterráneo tiene una longitud de 2.290 metros y se localiza en el límite del término municipal, de Torrent con Alaquàs.

A finales de 2008, y cuando las obras todavía no habían terminado, Adif tuvo que intervenir «con carácter de urgencia» para reparar un corrimiento de tierras en la rotonda sobre el túnel, entre Alaquàs y Torrent. Tras varios días de intensas lluvias, alrededor de la glorieta aparecieron cuatro grandes grietas e incluso se produjo un hundimiento de varios centímetros.

En noviembre de 2011, las abundantes precipitaciones caídas provocaron filtraciones en el conocido como «falso túnel» del AVE y afectaron a la señalización (la vía aparecía como ocupada en el telemando, lo que frena automáticamente los trenes), aunque no impidió que funcionase durante todo el día, con precaución, permitiendo a los trenes que rebasaran las señales en rojo.