El valenciano viene de los íberos, en el siglo VI antes de Cristo, incluso antes, ya que hunde sus raíces en «la más profunda prehistoria». Así se asegura en una proposición no de ley presentada por el grupo popular de las Corts y firmada por su portavoz, Jorge Bellver, para justificar la petición al Consell para que se dirija a la Real Academia Española (RAE) «solicitando que, en virtud de los acuerdos que la institución tomó el año 1959, y de cuanto establece el vigente Estatuto de Autonomía de la Comunitat Valenciana, se reconozca al valenciano su categoría de lengua o idioma propio de los valencianos que se habla en la mayor parte de la Comunitat Valenciana, y así lo haga constar en la próxima edición del Diccionario».

La propuesta, de «tramitación especial de urgencia», todavía no tiene fijado pleno y se enmarca en la estrategia del PP, en sus horas electorales más bajas, de echar mano del fondo de armario para alimentar al electorado procedente de UV de cara a los comicios de 2015. Una línea que lidera el secretario general del PPCV y conseller de Gobernación, Serafín Castellano, quien acaba de rubricar un convenio marco para que la secesionista RACV le asesore hasta 2017.

En la exposición de motivos de la iniciativa, redactada con términos usuales en el valencianismo secesionista —caso de «ab», «ya», «bollletí», «llenguage», «propon»—, se asegura: «El habla de los valencianos, que parte sin duda de la más profunda prehistoria, se escribe ya desde el siglo VI antes de Cristo con el lenguaje ibérico y, después de las aportaciones sucesivas a partir de las fenicias, griegas y latinas, ha llegado a nuestros días en la forma en que lo conocemos».

El texto arranca señalando que «después de diversas decenas de miles de años de vida durante la prehistoria, con la cultura ibérica en el territorio de la actual Comunitat Valenciana desde el Cenia (en castellano en el original) al Segura, los valencianos comenzamos a escribir uno de los periodos más brillantes de la historia de España».

«En la cultura ibérica —prosigue— encontramos los valencianos el germen de la nuestra actual, plasmada de manera fehaciente en los documentos arqueológicos que se van descubriendo: fiestas, costumbres, floclores, economía, religión, sociedad y lengua». Son, añade, «más de 2.000 años de historia de vida intensa» en las que ha habido «aportaciones griegas y romanas, visigóticas y bizantinas, musulmanas, castellanas, aragonesas, catalanas, europeas y mediterráneas en general, africanas, judaicas y americanas», que «se asimilan trasformándolas en la dirección de nuestra propia idiosincrasia».

«Filólogos independientes»

Tras el «fecundo Siglo de Oro, el primero de la península, y después del cultivo posterior», continúa, el valenciano «ha conseguido una identidad y personalidad propias que permiten considerarla, sin duda, como lengua o idioma», de manera que los valencianos «tenemos todo el derecho a denominarla y regularla como consideremos conveniente, tal como han reconocido los más reputados e independientes filólogos y lingüistas». Acto seguido, indica que, «fiel reflejo del pensamiento y sentir de la inmensa mayoría del pueblo valenciano», el Estatuto «recoge como lengua valenciana la propia de nuestro pueblo, situándola como una de nuestras principales señas de identidad».

En este contexto, resalta que la RAE, en su diccionario de 1959 «definió el valenciano como ‘lengua hablada en la mayor parte del antiguo Reino de Valencia’». «No obstante, sorprendentemente, en su edición de 1970 y sin que nadie haya dado hasta ahora una explicación fehaciente, apareció sobre la base de una ficha ‘desconocida’ del académico Rafael Lapesa una nueva definición como variedad del catalán», indica. Como «la opinión de un académico no puede tener más valor que un acuerdo académico debidamente publicado en su Boletín de 1959», es por lo que reclama a la RAE que cambie la definición.

La iniciativa choca, no solo con la romanística y el criterio de las universidades, sino también con el dictamen de la propia Acadèmia Valenciana de la Llengua, la institución de la Generalitat competente sobre el valenciano, que en su dictamen sobre la denominación y entidad del idioma, de 2003, consagró que se trata de una «lengua compartida con otros territorios de la antigua Corona de Aragón».

También el Consell de Cultura, en su dictamen de 1998 que dio paso a la AVL, señala que el valenciano «forma parte del sistema lingu?ístico que los correspondientes Estatutos de autonomía de los territorios hispánicos de la antigua Corona de Aragón reconocen como lengua propia». Ambas entidades instan a los partidos a no dañar la lengua utilizándola políticamente.

Paralelamente, el PP en la Mesa de las Corts ha comenzado a bloquear iniciativas de la oposición por usar «País Valenciano», tras la resolución aprobada por los populares instando al veto de todos los escritos que utilicen este término. La Mesa ha paralizado dos preguntas y dos propuestas de EU recordándole la prohibición y emplazándola a «reformular» las iniciativas.