Si la expulsión de Blasco ha generado rechazo entre algunos diputados por convertir al exportavoz en «víctima», la propia gestión de la crisis realizada por Fabra y el síndic en las Corts, Jorge Bellver, tampoco ha sido bien digerida en la bancada popular. «Lo normal es que hubieran contactado con los diputados, al menos con los responsables del grupo, para comunicar que se iba a expulsar a Blasco. No es normal que nos enteremos por la prensa», lamentaba a este periódico un diputado con mando. «Este secretismo hace que la gente especule. Creo que se ha hecho mal. A veces las prisas son malas consejeras», añade. j. l. g. valencia