La doctora Rosa Sanchidrián, de la Universidad Europea de Valencia, se ha llevado junto a ella a siete de sus alumnas, valencianas, a asistir al evento que tuvo lugar en Kuala Lumpur (Malasia), un evento en el que más de mil mujeres procedentes de todo el mundo, entre las que se encuentran ministras de varios países, CEOs de diferentes compañías, y demás profesionales y emprendedoras, se reunieron durante tres días consecutivos en una nueva edición del «Global Woman Summit». El objetivo era compartir experiencias, ampliar su red de «networking» internacional y reforzar sus conocimientos sobre el papel de la mujer como motor del crecimiento económico.

¿Cuál cree usted que es la mejor manera para enfrentarse a las desigualdades de género?

La mejor manera para enfrentarse sería con educación y sobre todo con formación. Es importante conocer y aprender. Hay que saber lo que está pasando para poder mejorarlo. A través del asociacionismo, se deben buscar referentes o tener ejemplos que marquen ciertas pautas, ya sean mujeres u hombres, pero que sean capaces de inspirar a los demás. Tenemos que conseguir que existan grandes inspiradores para que exista la igualdad a nivel profesional.

¿Cree que tendrá solución pronto?

Eso es muy difícil, pero ojalá. Por eso hemos decidido crear por ejemplo el posgrado de «Acreditación Internacional de Consejos de Administración y Buen Gobierno», con el objetivo de formar en alta dirección y dar visibilidad a la mujer directiva de la Comunidad Valenciana. Hoy en día existen estudios que indican que el 80 % de las decisiones de compra de productos o de servicios, sean directas o indirectas, son tomadas por mujeres por lo que se exige que en la dirección se tenga en cuenta esa diversidad, no solo en la investigación de mercado, sino en la fijación de la estrategia, las mujeres también tienen que estar ahí. La igualdad tiene que estar inspirada absolutamente por todos. Dependerá también de las nuevas generaciones, y que no renuncien a luchar por ello. Ojalá sea pronto, y lleguemos a tener líderes a nivel mundial que apuesten por esa diversidad y sean conscientes que las mujeres aportan mucho a los equipos. Según un informe de Price Waterhouse Cooper (PWC) escrito por el director general, que es valenciano, se confirma la idea de que las mujeres tienen que estar en los puestos de dirección no por un tema de justicia ya sino por su talento y porque somos diferentes a la hora de trabajar.

¿A qué conclusiones se llegó en el GWS?

Hubo distintas mesas. Había sesiones plenarias donde hablábamos de temas generales, como puede ser la tecnología en la empresa. No eran exclusivamente temas de mujeres, sino de progreso y de economía. Hablamos desde las habilidades que tenía que tener una persona para estar en la dirección, hasta temas de innovación y emprendimiento. En España somos emprendedores y lo llevamos casi dentro de nuestro ADN pero hay países como Corea, el Congo o Namibia donde el desarrollo económico es distinto y para que la mujer entre en el mundo profesional tiene que ser a través del emprendimento. Había también una mesa de «crossfunding» y de cuotas con gente a favor y en contra.

¿ Cómo se podría mejorar la presencia de la mujer en los consejos de administración y los órganos directivos de las empresas?

Yo creo en las cuotas, y esto puede generar polémica, pero yo creo que cuando en un país existe cierta madurez y hay predisposición al cambio, con organizaciones inteligentes, no hay barreras, pero nos estamos dando cuenta de que cuando analizamos los datos, en muchos sitios del mundo solo el 11% de las mujeres llega a los consejos de administración, por lo que algo está pasando ahí. Hay dos formas: dejar que las empresas incluyan por sí solas esa perspectiva de género y contraten mujeres para puestos de administración o bien buscar una imposición o norma, como esta haciendo en la Unión Europea. Hay una ley orgánica de igualdad en España que exige un 40 % de mujeres en las empresas que coticen y sin embargo hemos llegado al 11%. Los datos confirman que cuando se incorporan mujeres a la dirección hay una correlación económica, una rentabilidad de género.

¿Cuál fue su ambición personal para la cumbre?

Al haber creado en Valencia el curso de «Acreditación Internacional de Consejos de Administración y Buen Gobierno» mi objetivo era incorporar en el mundo académico la posibilidad de asistir y participar en el GWS. Se aprende muchísimo en encuentros como éste y quería que mis alumnas tuvieran esa oportunidad de viajar conmigo a Malasia y vivirlo en primera persona. En este mundo hay que tener siempre una experiencia de formación internacional, aunque sea de 4 días.

¿Quién le inspira?

Por supuesto mi familia, la sociedad valenciana que es emprendedora por naturaleza, la fuerza de las asociaciones de mujeres directivas y profesionales pero también el ADN y la dirección de la Universidad Europea de Valencia. El hecho de aportar valor a la sociedad y conseguir que las cosas cambien a través de las personas y su formación es la mejor herramienta para hacer que el cambio se produzca y nos encontremos con profesionales mas preparados que rompan barreras y valoren a las personas por su capacidad y por sus logros.