Las tormentas registradas la tarde/noche del pasado miércoles han arrasado unas 2.500 hectáreas en las comarcas de Requena-Utiel y en las de los Serranos y el Rincón de Ademuz, concentrando los daños en áreas que ya habían sido castigadas por el granizo en las últimas semanas .

Las precipitaciones tuvieron una inusual intensidad más propia de finales de agosto, provocando crecidas en numerosas ramblas, con lechadas de lodo invadiendo las carreteras y con un espectacular aparato eléctrico que mantuvo el cielo iluminado durante horas.

Según datos facilitados por la Unió de Llauradors, el granizo dañó unas 1.000 en Requena-Utiel y alrededor de 1.500 en los Serranos y Rincón de Ademúz. Según las primeras estimaciones efectuadas por los servicios técnicos de organización agraria, las pérdidas iniciales podrían alcanzar los 3 millones de euros a falta de ver la evolución posterior de las plantas afectadas

Los cultivos más dañados por los efectos del pedrisco son la uva de vinificación, el almendro y el cereal. En Venta del Moro, el pedrisco afectó a la parte del término municipal que hasta ahora se habría librado de este meteoro en anteriores tormentas. La rambla Salada y la Albosa se desbordaron.

En el área vitivinícola de Utiel-Requena, la merma acumulada podría alcanzar entre el 40-50% de una producción normal, "lo que provocará un grave perjuicio económico para los agricultores justo ahora cuando se recuperaban los precios de la uva tras muchos años de cotizaciones ruinosas", según la Unió.

Afortunadamente, parte del cereal ya había sido cosechado, lo que ha impedido una tragedia mayor, según la Unió, que ha pedido a las dos Administraciones competentes (Gobierno central y Generalitat) "ayudas directas excepcionales y cofinanciadas para compensar los daños".

Las tormentas fueron de tal intensidad que anegaron los campos y provocaron la crecida de la rambla Albosa, en el interior de Requena-Utiel, donde se registraron algunos desbordamientos.

La carretera CV 390 quedó cortada cortada del kilómetro 0 al 40 la noche del miércoles debido a un desprendimiento de piedras causado por las lluvias a la altura del embalse de Benagéber.

En Aliaguilla, en el límite de Cuenca con Valencia, se recogieron 53,4 litros por metro cuadrado, 37,6 l/m2 en Benagéber y 29,4 en Requena.

Hubo algunos cortes de fluido eléctrico de corta duración y pequeños conatos de incendio que afortunadamente fueron sofocados con la ayuda de la propia lluvia. Según el Centro de Emergencias de la Generalitat Valenciana, durante los dos últimos días el teléfono 112 ha gestionado 12 incendios forestales causados por rayos, que en su gran mayoría han quedado en conatos.

La inestabilidad pierde fuerza y se traslada al norte

El riesgo de tormentas se mantendrá en los próximos días aunque mucho más reducido y circunscrito al norte de la Comunitat Valenciana después de los "diluvios" del pasado miércoles. La Agencia Estatal de Meteorología desactivó ayer las alertas para la Comunitat Valenciana, que queda fuera también de los últimos coletazos de la ola de calor que ha sufrido el suroeste de la Península. Todavía ayer se formaron algunas tormentas en el interior de Teruel que llegaron a rozar el Rincón de Ademúz. Beamud, en Cuenca, y Mosqueruela en Teruel con 26,6 y 8,6 litros por metro cuadrado respectivamente fueron las localidades mas beneficiadas por la lluvia. A partir de hoy pueden generarse nubes de evolución con la aparición de algunos chubascos más probables cuanto mas al norte. Algunos modelos apuntan tímidamente a la probabilidad de que se produzcan nuevas tormentas a partir de la próxima semana, aunque estas tendencias no están avaladas todavía por ningún pronóstico. j.Sierravalencia.