La historia es pendular. La vieja RTVV, la que se liquidó para constituir la actual, alcanzó los 1.200 millones de euros de deuda, a base de acumular ejercicios de desequilibrio crónico de las cuentas con unos costes desorbitados. La actual RTVV hace bandera de su ubicación en el extremo contrario. Los pliegos de condiciones que deberán cumplir todos aquellos aspirantes a gestionar el 50% de la parrilla de programas, que se ha dividido en tres lotes, impiden a las productoras obtener un beneficio superior al 8% como adjudicatarias. «La fijación de un beneficio mayor supondrá la desestimación total de la oferta». Así de contundente se estipula en el apartado referido a la «transparencia de costes» —un título muy elocuente— en el que se establecen las condiciones económicas. Los concesionarios de cada uno de los lotes —en total suman 16 programas— estarán obligados a usar medios de la cadena siempre que estén disponibles para que RTVV les saque rendimiento. Además, y en aras de controlar a las productoras, el ente nombrará a un productor delegado encargado de fiscalizar los costes. «Llevará una carpeta (...) en la que quedará constancia escrita de las incidencias surgidas en la ejecución» del contrato con el adjudicatario, se advierte en el pliego elaborado por RTVV y que consta de 102 páginas en las que se detallan las condiciones contractuales.

Sea por la vocación de servicio público con la que se pretende que operen los gestores audiovisuales o por el ánimo de la corporación pública de no pagar un euro más de lo necesario, el caso es que los incrementos de audiencia apenas serán recompensados. El sistema de primas fijado determina que si el operador incremente la audiencia de sus programas entre uno y dos puntos más que la media del canal, se le incentivará con un 1% más de beneficio. A partir de dos puntos más de «share», el productor sumará un plus del 2%. Ese es el tope, con independencia de cuál sea la progresión de la cuota de pantalla.

La oferta económica vale el 50%

En la gestión publicitaria, las productoras deberán pedir autorización a TVV para patrocinios y la publicidad de emplazamiento, esto es, las promociones de productos dentro de espacios como teleseries. En esos casos, RTVV se quedará con el 50% de la recaudación. En la valoración de propuestas, se otorgarán 50 puntos a la oferta económica y 40 a la de contenidos. Los medios técnicos propios aportados por las productoras ponderarán 5 puntos y las prestaciones complementarias sin coste adicional otros 5. Si el aspirante quiere regalar programas para mejorar su oferta, nunca podrán ser más de 25 horas.

Los trabajadores exigen replantear todo el ERE visto el fracaso del plan

Que se ponga el reloj a cero y se reformule el ERE, una vez constatado el flagrante error en el cálculo que hacía inviable ejecutar los 1.198 despidos sin que Canal 9 se viese abocado al fundido a negro y Ràdio 9, al silencio. Tras la decisión del consejo de repescar a 190 técnicos, el comité de empresa exigió «a la dirección que dé marcha atrás, vuelva al punto de partida, recupere a todos los despedidos y haga un proyecto viable de RTVV pública». El comité denunció el «agravio comparativo entre los trabajadores que pueden verse ahora fuera del ERE y los 800 que ya están en la calle». El diputado socialista Josep Moreno denunció la «improvisación» y acusó a Vidal y al vicepresidente Císcar de mentir, este último por «decir que no se tocaría una coma del ERE». Ignacio Blanco (EU) pidió una «rebaremación de todo el personal» para decidir «con criterios objetivos».