El Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana ha condenado a la Conselleria de Sanidad a pagar 20.000 euros a la familia de un paciente que murió después de que el servicio de Urgencias del Hospital de la Ribera no detectara la procedencia de la hemorragia que un paciente sufría en la boca.

Según la sentencia, facilitada por la asociación El defensor del paciente, el hombre de 75 años fue atendido el 11 de enero de 2005 en los servicios de urgencias después de presentar un cuadro hemoptoico, expulsión de sangre por la boca, que se había autolimitado a la llegada al Hospital de la Ribera.

En Urgencias, se le hizo una exploración física y una radiografía de tórax, con la que se obtuvo un diagnóstico de epistaxis autolimitada, expulsión de sangre por las fosas nasales, con lo que se le dio el alta remitiéndolo a sus controles habituales.

El médico le remitió al especialista y le indicó que si volvía a sangrar se debía intentar controlar la hemorragia y si no se podía debería de acudir al servicio médico para su taponamiento.

Catorce horas después, el hombre falleció en su casa por hempotisis masiva, sangre procedente del aparato respiratorio, y un carcinoma bronquial.

Según la sentencia del TSJCV, existió mala praxis médica, ligada a una errónea valoración en la gravedad de la patología que presentaba el paciente.

La hemorragia que sufría el paciente en la boca fue definida como una epistaxis, hemorragia con origen en las fosas nasales, y erróneamente tratada como tal, sin alcanzar a valorarse su gravedad en relación con la patología previamente sufrida, un cáncer pulmonar con infiltración en arteria pulmonar derecha.