Toni Sansaloni, un vecino de Gandia de 27 años de edad, presentará una demanda por la vía penal contra el Ministerio de Sanidad. Considera que esta administración permite a las tabacaleras incluir en los cigarrillos sustancias perniciosas para la salud, sin llevar a cabo ningún tipo de control.

Él es fumador desde hace nueve años y como consecuencia de ello sufre una enfermedad respiratoria que le impide llevar una vida normal. Su madre, Josefa Pavía, se enteró de que un grupo de personas iba a interponer demandas por toda España y, tras informarse, decidió sumarse.

«Son unas cuarenta personas a las que, seguro, se añadirá más gente que está en asociaciones antitabaco», señaló ayer a Levante-EMV el abogado que lleva el caso, Fernando Osuna. «Tenemos estudios científicos y estamos asesorados por médicos que demuestran que los cigarrillos llevan sustancias que pueden ser mortales o generan graves enfermedades, como tumores o patologías respiratorias y cardiovasculares».

La demanda contra Sanidad denuncia «la pasividad y la tolerancia» de la Administración «para que se sigan incluyendo aditivos peligrosos que crean adicción». «Hacen muy poco por impedirlo», señaló Osuna, quien confirmó que ya ha hay denuncias en Palma de Mallorca y Madrid y se espera que en las próximas semanas, además de la de Gandia, se sumen varias en Asturias, Cataluña o Galicia, entre otras regiones.

Toni no puede participar en muchas de las actividades que realizan sus amigos, sobre todo si requieren esfuerzo físico, ni caminar más de media hora porque se cansa. En 2011 se le diagnosticó un enfisema pulmonar severo y la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC). Su doctora, una especialista de La Fe tiene claro que estas dolencias se las ha producido el tabaco aunque solo hace nueve años que fuma.

«Al principio me fumaba un paquete al día pero los cuatro últimos años lo rebajé hasta consumir dos o tres cajetillas a la semana», apuntó el joven que añadió que estas enfermedades le han cambiado la vida. «Me gustaba jugar al voley playa con mis amigos cuando llegaba el verano y hacer senderismo. Ahora, si quedamos, ellos juegan y yo tomo el sol», señaló

La única salida para su curación es un trasplante, puesto que, a pesar de que se trata con broncodilatadores estos «sirven para aliviar pero no curan», señala. A pesar de su situación y en contra de las indicaciones médicas, siguió fumando hasta que en julio sufrió un neumotórax. «Me dolían los pulmones como si me alguien me clavara cuchillos», describió.