La distancia entre dos posiciones es mayor cuanto más efusivos son los elogios a la actitud del otro al término de una reunión. Presidencia no escatimó ayer parabienes hacia la buena «predisposición» mostrada por el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, durante el encuentro que mantuvo en Gandia con el presidente Fabra, el vicepresidente José Císcar, el conseller del ramo, Juan Carlos Moragues, y el secretario de Estado de Administraciones Públicas, Antonio Beteta.

La plana mayor del Consell ha querido aprovechar la Escuela de Verano del PP para evitar un naufragio en toda regla en este comienzo de curso si el martes los populares rechazan en el Congreso la toma en consideración de la reforma del Estatut valenciano aprobada por unanimidad en las Corts y que incluye la cláusula para blindar las inversiones del Estado en la Comunitat Valenciana. Tras el encuentro de 20 minutos un portavoz de Presidencia subrayó que Fabra había encontrado «receptivos» a Montoro y a Beteta y que ambos le habían trasladado «buenas sensaciones». Pero el veto del Gobierno a la reforma sigue exactamente igual de firme que antes de la reunión. Lo reconocieron fuentes próximas a Fabra y a Císcar que no ocultaron la preocupación del Consell. Preocupación y también esperanza, al recordar que hay tiempo y «se tendrá que seguir negociando hasta el mismo martes». El presidente Fabra «está dispuesto a agotar todas las posibilidades para que se reconozcan los intereses y las necesidades de los valencianos», insistieron las mismas fuentes.

Lo cierto es que el Gobierno de la Generalitat tenía puestas muchas esperanzas en el encuentro vespertino con el ministro Montoro. A esta reunión emplazó por la mañana a los periodistas el vicepresidente José Císcar, durante la rueda de prensa posterior al pleno del Consell. Císcar admitió las «reticencias jurídicas» que el Ministerio de Hacienda estaba objetando a la cláusula asentada en el Estatut por decisión unánime de las Corts, empezando por el PP valenciano y en tiempos de Zapatero. Con todo, Císcar reiteró la «absoluta firmeza» del Consell en la defensa de que el Estado reconozca el peso demográfico en el reparto inversor. Esas «reticencias jurídicas» del Gobierno «no hacen cambiar nuestra postura», agregó. «Es nuestra posición y no ha variado, así se lo trasladamos al Gobierno», abundó Císcar en alusión a la petición que Fabra formuló a la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría y al portavoz del PP en el Congreso, Alfonso Alonso, como contó ayer este diario. El jefe del Consell mantuvo el jueves una larga conversación con la número dos del Gobierno y con Alonso que se prolongó durante una comida que mantuvieron en Gandía antes de la partida de estos dos hacia Madrid.

Una posible vía para desbloquear la situación consistiría en votar sí a la toma en consideración para luego enmendar la reforma en la comisión constitucional, según apuntaron ayer fuentes del PP.

Posición del PPCV, en el aire

El vicepresidente destacó que hay tiempo para el acuerdo. «Hasta el martes a mediodía», concretó. Será entonces cuando «haremos valoraciones sobre qué hacer, pero no antes porque no sería prudente cuando todavía no sabemos las decisiones». Así respondió a cuál va a ser el sentido del voto de los diputados valencianos del PP en caso de que la posición oficial del grupo sea oponerse a la toma en consideración de la reforma. ¿Han dado desde el Consell alguna instrucción a los diputados valencianos? ¿Se les ha pedido que voten a favor? «Nosotros trasladamos al Gobierno de España que queremos ser tratados como el resto de comunidades autónomas en la distribución de las inversiones» de acuerdo con el peso demográfico. «Es la posición de absoluta firmeza del Gobierno valenciano». De ahí no movió Císcar el ancla. Esta por ver cómo navega el Consell hasta el martes y los diputados valencianos si el PP da un no por consigna.